La gran amenaza del verano, que ni es lusa ni medusa

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Seguro que si escuchan hablar de la physalia physalis no le despierta tanta inquietud como si se menciona su nombre más popular: carabela portuguesa. Así se llama una de los animales (u organismo colonial, según los expertos) que tiene toda la pinta de convertirse en el auténtico protagonista del verano que se avecina.

Incluso en invierno se han localizado en playas españolas, aunque ha sido con la llegada de la primavera cuando más ha aumentado su presencia la agua mala, botella azul o falsa medusa –  que también recibe estos nombres para identificarla – en todo nuestro litoral, despertando el pánico entre bañistas y hasta autoridades, ya que se piensa que puede tratarse de una especie bastante peligrosa por el veneno que transporta en sus largos tentáculos.

Aunque muchos piensen que su picadura puede resultar mortal, lo cierto es que no es lo frecuente, a pesar de conocerse algunos casos puntuales. Cuando consultamos con expertos como Ángel Tomás Herrera, educador ambiental, nos tranquiliza al recordar que se trata de una medusa más, de la que no hay que fiarse, pero que sólo entraña peligro real al contactar con su pequeño cuerpo ya que provoca un dolor muy intenso en la parte donde nos ataque, que eleva su gravedad en función de la situación en la que nos encontremos.

Evidentemente, será peor que le afecte a una persona que esté nadando alejada de la orilla, que pueda ver paralizada alguna parte de su cuerpo, que si le ocurre a otra que esté paseando fuera del agua.

En cualquier caso, desde muchos puntos de la geografía española se están llevando a cabo planes para erradicar su presencia en las playas, aunque se antoja una tarea más que compleja, al tratarse de una especie que se mueve perfectamente por los océanos y que está frecuentando aguas poco habituales debido al cambio climático y, por desgracia, a la mano del hombre, que tanto daño está causando a la naturaleza.