El Puerto de Algeciras acoge, este miércoles, la III Conferencia CORE LNGas hive, en la que se analizarán los últimos avances para adaptar la logística al suministro del gas natural licuado, ya que en 2030 en el Estrecho de Gibraltar se suministrarán aproximadamente 1´8 millones de metros cúbicos de GNL, lo que otorga un importante papel al Puerto de Algeciras en el nuevo escenario que afronta el sector ante la próxima entrada en vigor, el 1 de enero de 2020, de los nuevos límites de azufre al 0´5% para los combustibles marinos y que convertirán al Estrecho en un lugar clave para el desarrollo de los combustibles alternativos y más respetuosos con el medio ambiente.
El proyecto CORE LNGas hive está liderado por Enagás y Puertos del Estado
Esta conferencia será inaugurada por el presidente de la Autoridad Portuaria de la Bahía de Algeciras (APBA), Gerardo Landaluce; su director general, José Luis Hormaechea; el director general de Infraestructuras de Enagás, Claudio Rodríguez; y el presidente de Puertos del Estado, Salvador de la Encina.
El proyecto CORE LNGas hive está liderado por Enagás y Puertos del Estado y es cofinanciado por la Comisión Europea, contando con 42 socios entre instituciones e industrias, entre ellas la Autoridad Portuaria de Algeciras.
El Gas Natural Licuado es un combustible producto de la licuefacción del gas natural. Tras eliminar las impurezas, se refrigera hasta una temperatura de -162ºC. Entonces, su principal componente, el metano, se licúa a presión atmosférica. Se obtiene un producto inodoro, incoloro, no tóxico, con una densidad de 450 kg/m3 que reduce el volumen del gas 600 veces y que sólo se quema si entra en contacto con el aire en concentraciones del 5-15%.
Además, posee un poder calorífico por masa mayor que los combustibles pesados tradicionales. Los derrames de GNL se evaporan rápidamente donde la condensación del vapor de agua en el aire crea una neblina, por ello sus efectos sobre el medio ambiente en caso de vertido se reducen a los efectos locales de disminución de temperatura y careciendo de efectos nocivos sobre el medio marino.
Dada la alta relación hidrogeno-carbono del gas natural, el GNL es el combustible fósil de menor impacto ambiental al reducir las emisiones de CO2 un 20%, las de óxidos de nitrógeno (NOx) un 85% y eliminando prácticamente en su totalidad las emisiones de óxidos de azufre (SOx) y partículas finas. Por otra parte esta tecnología supone actualmente mayores inversiones iniciales en equipamiento y protocolos más estrictos de seguridad frente a los combustibles convencionales, lo cual se compensa a largo plazo con menores costes del producto.