El grupo Verdemar Ecologistas en Acción ha criticado el «elevado» número de embarcaciones que existen en la Bahía de Algeciras para avistar delfines, lo que supone la vulneración de los protocolos para el avistamiento de estos animales.
La Bahía de Algeciras es una de las zonas con mayor tráfico marítimo, a lo que hay que sumar las más de 4.000 embarcaciones de recreo que navegan entre todos los puertos deportivos de su arco, lo que ha convertido la actividad de avistamiento de cetáceos en una de las más practicadas durante los meses de verano.
Esta zona es ocupada por una gran población de delfines comunes – catalogados como especie en peligro de extinción según la Lista Roja de las Especies Amenazadas de España – que han tomado esta zona como espacio de reproducción, crecimiento y alimentación.
Los ecologistas critican que el procedimiento seguido para acercarse a los animales no es el apropiado, todo lo contrario, se convierte en acoso y persecuciones por parte de las embarcaciones poniendo en peligro a estos mamíferos altamente protegidos y exponiéndolos a peligros como golpes o cortes de hélice. De hecho «ya se tienen datos de delfines con heridas de variada consideración, golpes y presencia de comportamientos atípicos en su actividad habitual», asegura Antonio Muñoz, portavoz de Verdemar.
Los conservacionistas insisten en que hay que tener en cuenta que la alta sensibilidad de estos seres hace que posiblemente presenten casos de estrés y variabilidad en su relación con los de su misma especie, algo que se puede evitar. Además, la Bahía es una importante referencia en el número de crías, neonatos que “ni nadan, ni son tan ágiles como los adultos y no aguantan la respiración durante tanto tiempo», lo que supone «que los desaprensivos que pasan por encima de las manadas produzcan graves daños a las poblaciones».
Verdemar ha anunciado que en España los delfines están protegidos por varias leyes como el Real Decreto 1727/2007 donde se establecen medidas para la protección de cetáceos, y se prohíbe molestar a los animales, en la que se destaca la prohibición de acercase a menos de 60 metros y reducir la velocidad a cuatro nudos si están en movimiento en un curso paralelo o parar el barco, e incluso apagar motores si los animales se encuentran estacionarios. Además, se prohíbe el baño y alimentar a los animales.
Este decreto también indica que está terminantemente prohibido perseguirlos por detrás y si los animales empiezan a mostrar comportamientos evasivos hay que dejarlos y no tratar de perseguirlos para alcanzarlos. Si los delfines quieren acercarse a la embarcación lo harán por sí solos.