El presidente de Navantia, Ricardo Domínguez, ha subrayado, en la inauguración de la Feria Internacional de Defensa y Seguridad (FEINDEF) el carácter estratégico de la industria de defensa y su papel como motor de crecimiento y empleo cualificado en toda España. Por ello, ha apostado por un esfuerzo común de la industria y las instituciones que garantice estabilidad a largo plazo.
Navantia destinó en 2020 un total de 57,7 millones de euros, el 5,5% de sus ingresos, a proyectos de innovación en los que trabajan más de 400 empleados propios
“Necesitamos alinear un plan de defensa entre todos los actores públicos, la industria, los gobiernos, esté el gobierno que esté, un plan que nos permita estabilidad y no dientes de sierra, para que no perdamos conocimiento ni personas”, ha dicho Ricardo Domínguez durante su conferencia ‘Navantia y la industria de defensa, construyendo un futuro seguro’.
El presidente de la empresa pública ha destacado la importancia de la colaboración internacional y ha puesto en valor el acuerdo de colaboración que Navantia ha alcanzado con Fincantieri, “competidores y amigos”, que se firma este miércoles en FEINDEF.
“Construir un futuro seguro y sostenible pasa por construir unas bases sólidas de colaboración con Europa, con las administraciones, las empresas y los centros tecnológicos y educativos. Es necesario fijar el rumbo hacia un modelo productivo más moderno, intensivo en tecnología y competitivo basado en la innovación. La industria de la defensa está llamada a ser un ejemplo de este paradigma y Navantia está preparada para este liderazgo que afronta con compromiso. Nuestra hoja de ruta es la apuesta permanente por la excelencia y nuestro compromiso es con el futuro de nuestro país”, ha señalado el presidente de Navantia.
Ricardo Domínguez ha ilustrado el impacto de la industria de la Defensa con los casos de los dos principales programas que Navantia tiene en marcha para la Armada Española, el S-80 y la F-110. En ambos casos, hay más de 500 empresas de toda España que participan en su cadena de valor. La actividad económica en torno a los submarinos de la clase S-80 genera en torno a 5.000 empleos (directos, indirectos e inducidos), mientras que en el caso de las fragatas F-110 se estiman en 9.000.
Ambos programas son también fuente de innovación: La F-110 será la palanca de la transformación digital del astillero de Ferrol y será el primer buque que llevará incorporado un gemelo digital. También la integración de sistemas en un “sistema de servicios integrados” que reducirá sustancialmente el cableado.
Además, en el marco del programa del S80 se está desarrollando el proyecto de I+D+i llamado BALIT, que tiene como objetivo la realización de un estudio para disponer baterías de litio, de menor tamaño, en un submarino convencional, en lugar de las baterías de plomo.
Navantia destinó en 2020 un total de 57,7 millones de euros, el 5,5% de sus ingresos, a proyectos de innovación en los que trabajan más de 400 empleados propios. Su cartera de alrededor de 50 proyectos anuales. De estos, más de 30% son grandes proyectos tecnológicos propios o en colaboración europea, el 25% son proyectos de digitalización y el 45% son proyectos de tecnologías.
