La Dirección General de la Marina Mercante da carpetazo a la denuncia de Agaden por la navegación paralela de un submarino nuclear británico con un barco

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El director general de la Marina Mercante ha respondido a la solicitud de acceso presentada por la Asociación Gaditana para la Defensa y el Estudio de la Naturaleza de Cádiz (AGADEN), el pasado 4 de julio de 2019, admitiendo parcialmente la solicitud deducida por los ecologistas y poniendo fin a la vía administrativa, aunque podrá interponerse recurso contencioso-administrativo ante la Sala de lo Contencioso Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Madrid, en el plazo de dos meses o, previa reclamación ante el Consejo de Transparencia y Buen Gobierno en el plazo de un mes, sin perjuicio de cualquier otro recurso o reclamación que se estime procedente, algo que no parece que vayan a llevar a cabo los conservacionistas que se dan por satisfechos con parte de la respuesta del Gobierno.

En ella queda claro que “no existe un informe oficial sobre lo sucedido en aguas del Estrecho de Gibraltar el día 19 de junio alrededor de las 17:30 horas”. Según los informes, los contactos que mantuvo el Capitán Marítimo de Algeciras con el Jefe del Centro de Coordinación de Salvamento de Tarifa y con la naviera propietaria del buque afectado (HSC Algeciras jet), que, a su vez, obtuvo la información de su capitán, permitieron conocer que, “a las 17:20 el HSC Algeciras jet salió del puerto de Tarifa con destino al de Tánger, con buenas condiciones de viento, mar y visibilidad. A las 17:27 se divisa el submarino a distancia, lo que no impidió seguir subiendo velocidad hasta alcanzar la habitual en esa ruta (20-22 nudos). Dado que ambos iniciaron rutas convergentes, y visto que el submarino navegaba a una velocidad estimada entre 8 y 9 nudos, el buque de la naviera FRS se dispuso a adelantarle, para lo cual cambió su rumbo girando entre 256 y 261 grados a estribor, circulando en paralelo al submarino a una distancia de seguridad de entre 550 y 740 metros (entre 0.3 y 0.4 millas náuticas), hasta que el buque adelantó al submarino por estribor. La maniobra de adelantamiento, con el nuevo rumbo adoptado, se mantuvo durante cerca de 1 kilómetro (entre 1.0 y 1.1 millas náuticas), hasta que la proa del submarino quedó atrás, y se restableció el rumbo hacia Tánger. A las 18:24 el ferry llegó al puerto de destino”.

El capitán del buque afirmó que en ningún momento se dio una situación que pudiera calificarse de peligrosa ni de “cuasi accidente”

El capitán del buque afirmó que en ningún momento se dio una situación que pudiera calificarse de peligrosa ni de “cuasi accidente”. En todo momento hubo comunicación con el Centro de Coordinación de Salvamento, y los canales de radio 10 y 16 estuvieron permanentemente abiertos.

Por su parte, el Centro de Coordinación de Salvamento corrobora que en la grabación de las pantallas de seguimiento del tráfico no se apreció que hubiera una aproximación excesiva ni riesgo de abordaje. Por lo demás, el Centro desconocía de qué submarino se trataba, ya que, como buque de guerra, no tiene la obligación de identificarse.

Ante esta respuesta y explicación de lo sucedido, Agaden-Ecologistas en Acción no comparte que no existiese riesgo alguno, ya que “barco y submarino iniciaron rutas convergentes y el adelantamiento durante una milla náutica – casi dos km – pone de manifiesto la peligrosidad de esta maniobra”. Ante este hecho, Agaden sugiere que “como norma de precaución, se aconseje a capitanes de buques que transiten por la zona, Capitanía marítima de Algeciras, Capitanía marítima de Ceuta y Tarifa Tráfico que ante repeticiones como el hecho acaecido se deje siempre prioridad al submarino nuclear
y no se juegue a adelantamientos o carreritas que puedan traer consecuencias trágicas e imprevisibles en una zona tan transitada y con propulsión o armamento nuclear
”. Además, insisten en que “se limite la entrada y salida de submarinos en los puertos del Estrecho”, ya que según el profesor en corrientes del Estrecho y oceanógrafo físico Jesús García de la Universidad de Málaga, se dan en la zona del Estrecho unas corrientes verticales y de profundidad de una gran magnitud y esto trae consigo que sea muy peligroso para los submarinos navegar sumergidos.

No obstante, para los ecologistas, la norma de mayor precaución sería la de impedir navegar por la zona a submarinos nucleares.

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