La regulación de las “operaciones fuera de límite”, a punto de cerrarse

0
227

Los contactos entre representantes de la Asociación de Empresa de Servicios de la Bahía de Algeciras (AESBA), de la Capitanía Marítima y de la Corporación de Prácticos del puerto de Algeciras, se han sucedido en los últimos meses con el objeto de consensuar la regulación de las llamadas “operaciones fuera de límite”. Una situación que sólo se produce en el puerto de Algeciras, debido a la proximidad del Estrecho de Gibraltar, auténtica autovía marítima del Sur de Europa.

Las operaciones de este tipo se producen cuando un barco que navega por el Estrecho de Gibraltar “se sale” del dispositivo (ruta establecida en la carta náutica) para – sin parar su marcha – recibir servicio de las consignatarias y empresas de servicio de un puerto intermedio, como Algeciras.

Ante los problemas que esta operativa suscitaba, se ha querido regular, ya que la ley obliga a que este tipo de maniobra sólo las realice el consignatario. Ante esta situación, la Capitanía Marítima del puerto algecireño decidió negociar el procedimiento con las empresas de servicio y, tras varios encuentros, el acuerdo está a punto de cerrarse a falta de algunos flecos.

Asimismo, AESBA ha abordado con la Corporación de Prácticos otro asunto de gran calado. Se trata de las maniobras de vuelta por temporal y la situación de la lista de espera de buques para fondear en la Bahía, ante la imposibilidad de hacerlo por falta de espacio.

Esta problemática es la que ha llevado a las empresas de servicios de la Bahía a reclamar el nuevo fondeadero que tanta polémica ha suscitado entre el Ayuntamiento de San Roque y los ecologistas, y la propia Autoridad Portuaria. Los empresarios insisten en que, “es mayor el peligro y la contaminación, cuando los barcos permanecen en las aguas próximas a la Bahía haciendo drifting” (navegación a baja velocidad a la espera de órdenes) que si se extendiera la zona de fondeo a la cara Este del Peñón.

AESBA trata de conseguir que se dé prioridad a los barcos que tienen que recibir servicio en la Bahía, por delante de los que permanecen fondeados a la espera de órdenes.

Este asunto seguirá siendo debatido entre los representantes de las empresas de servicio y los responsables portuarios.