La naviera danesa Maerks ha cuantificado en 12 millones de euros, las pérdidas ocasionadas en costes operacionales, por las diez semanas de conflicto en el sector de la estiba, como consecuencia de la falta de acuerdo entre el Gobierno, la Patronal y los sindicatos, para ofrecer una respuesta a la sentencia del Tribunal de Luxemburgo de diciembre de 2014 que obliga a reformar la gestión de la estiba en España. Según la compañía a esta importante cifra hay que sumar algo aún más importante para cualquier gran empresa: la pérdida de clientes por el anuncio del conflicto.
La compañía, que ya advirtió de las posibles pérdidas al inicio de la crisis ocasionada por la aplicación de la sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea, ha querido por ello – a través de un comunicado – instar, de nuevo, al Gobierno de España a resolver cuanto antes la situación y aprobar un texto legal basado en el pacto alcanzado entre ANESCO y los sindicatos.
La convocatoria de 12 días de huelga, aun a pesar de no haber llegado a ser efectiva, desencadenó el desvío de barcos desde los puertos afectados por el conflicto a otros puertos del Mediterráneo. La necesidad de adoptar este tipo de medidas en favor del mantenimiento de los servicios a los clientes y sus peligrosas consecuencias sobre el sistema portuario español, ya fueron avisadas desde la dirección de la compañía.
Sólo en el puerto Bahía de Algeciras, Maersk Line, como consecuencia de la convocatoria de huelga, ha tenido que llevar a cabo el desvío de 73 barcos a otras terminales fuera del sistema portuario español, afectado por el conflicto en esos momentos. Otros puertos como los de Tánger Med, Sines o Port Said, incrementaron sus facturaciones como consecuencia de estos desvíos. Todo ello ha supuesto una más que considerable merma al puerto de Algeciras, con una caída del 21% en las escalas previstas y la no estiba de al menos 75.000 movimientos en sus instalaciones.
El impacto económico de estas cifras, tanto para empresas como para trabajadores, es un hecho ya irreversible y supone la pérdida de un año de crecimiento orgánico, además de un freno a la creación de empleo. Para Maersk, es lamentable haber llegado a esta situación y debe ponerse en valor que, de no articularse una rápida solución al conflicto existente, podría aún empeorar. La pérdida de confianza del transbordo internacional en el puerto, que es el principal negocio de Algeciras, debe ser evitada por todos los medios, ya que no acometer con urgencia y con altura de miras las acciones que son necesarias para recuperar la confianza puede desembocar en la pérdida del liderazgo y competitividad de este puerto.
La multinacional de contenedores advierte, que no debe olvidarse que ya en un reciente pasado, puertos como Port Said sufrieron una reconfiguración de red en 2011 debido a la primavera árabe y, seis años más tarde, aún no ha recuperado el 50% del volumen. Maersk confía en que no se vuelvan a cometer los errores del pasado.
Es una necesidad de todos los agentes implicados (Gobierno, sindicatos y empresas) que el Gobierno cumpla con la sentencia del TJUE, dando a conocer a la mayor brevedad un texto legal basado en el pacto social al que llegaron la patronal y la estiba. El simple anuncio de una nueva convocatoria de huelga en los puertos puede tener consecuencias nefastas a corto y medio plazo para todos, tal vez irreversibles.