La invisibilidad del tráfico marítimo

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El tráfico marítimo, al igual que el aéreo, es “invisible” para la mayoría de las personas, a pesar de su importancia y de su intensidad. A la llegada de un puente festivo como el que hemos tenido en Navidad, los medios de comunicación hablan siempre de operaciones salida, cuando se desplazan, en poco tiempo, millones de turismos por nuestras carreteras. Sin embargo, no se habla de los miles de barcos que en todo momento, durante los 365 días del año, están surcando los mares del mundo.

Se calcula que más de 8.000 buques con más de 20 millones de contenedores, se encuentran surcando las aguas del planeta, para transportar más del 80 % de los productos que consumimos.

Uno de los puntos más calientes de ese tráfico marítimo que “no se ve», es el Estrecho de Gibraltar, una de las zonas del mundo que soporta más densidad de tráfico marítimo, al tratarse de un lugar de cruce de las líneas que unen Oriente y Occidente, y cada vez con más frecuencia, de las que unen Europa y África o, lo que es lo mismo, norte y sur.

Por el Estrecho de Gibraltar pasan cada año unos 110.000 buques, lo que supone más de 300 barcos diarios o más de 12 cada hora.

Es una de las áreas marítimas más transitadas del mundo, por delante del Estrecho de Malaca, entre Malasia y la isla indonesia de Sumatra, por donde navegan unos 95.000 barcos cada año. Y por supuesto, por encima de los Canales de Panamá y Suez.

La importancia del tráfico marítimo es elevada, a pesar de la crisis mundial que vive el sector y que ha acabado con quiebras económicas como la de la naviera coreana Hanjin Shipping, sin embargo, esa densidad de movimiento que permite transportar casi todo lo que usamos a diario, suele pasar desapercibida, excepto para quienes “controlan” nuestros mares, como el Centro Zonal de Salvamento Marítimo de Tarifa, auténtico regulador del tráfico en la mayor autopista marítima del mundo.