El presidente de la Autoridad Portuaria de la Bahía de Algeciras, Manuel Morón, ha anunciado el encargo de un nuevo informe a una asesoría en ingeniería para profundizar en la creación de los nuevos fondeaderos que el puerto algecireño plantea para su futura expansión en la cara Este de Gibraltar, frente a las costas de La Línea y San Roque.
Los informes con los que cuenta la institución portuaria recogen una treintena de alegaciones referidas especialmente al medio ambiente, el impacto visual en una zona fundamentalmente turística y el impacto que el futuro fondeadero pudiese ocasionar en la pesca de la zona.
Las críticas a este proyecto han llegado principalmente desde el Ayuntamiento de San Roque, ya que el puerto deportivo de Sotogrande requería una bocana amplia para la entrada y salida de barcos y, además, los responsables municipales y empresarios de este municipio han mostrado su malestar por el impacto visual que pudiesen representar para el turismo la presencia de grandes buques frente a la costa sanroqueña.
La APBA ya cambió su proyecto inicial que contemplaba un fondeadero de 6.049 hectáreas y lo ha dividido en dos zonas de 2.768, separadas por 1,5 kilómetros, que alternarían su uso para permitir la regeneración de la pesca en ambas zonas. Se pretende, así, incrementar las posibilidades de fondeo del puerto de Algeciras, entre 20 y 30 buques, duplicando la capacidad de las cuatro zonas existentes en la Bahía de Algeciras que es de 33 buques, con un total de 1.332 hectáreas que se encuentran totalmente saturadas, ya que en diez años se ha incrementado un 32% el número de buques que escalan en el Puerto Bahía de Algeciras (25.216 en 2016, más los 8.728 del puerto de Gibraltar) y además, también ha crecido el tamaño de los buques en un 90 %.
El proyecto de la Autoridad Portuaria propone dos zonas de fondeo, en las que no se podría realizar bunkering, ni venteo de tanques, tampoco podrían realizarse reparaciones ni se permitirían largas estancias para evitar que se convirtiese en un cementerio de buques. Las aguas en las que se contemplan las zonas de fondeo sólo se utilizarían para avituallamiento y aprovisionamiento de los buques, cambios de tripulación y espera de atraque en el puerto.
Manuel Morón afirma además, sobre el impacto visual de los fondeaderos, que éstos se encuentran a una distancia media de 3,8 km de la costa y una distancia mínima de 2,2 km respecto al litoral. Esta zona se dividiría en dos parcelas de fondeo para que una se ocupase por barcos y la otra quedase libre para la pesca. Y serían los expertos quienes decidirían si cada año o cada dos años, se cambiaría de una a otra, para que no estuviesen nunca las dos parcelas llenas de barcos.
Morón, ante las demandas de colectivos ciudadanos y Administraciones Públicas, ha decidido revisar todo el expediente y ha anunciado el encargo del nuevo informe que podría estar listo en dos meses, con el que se tratará de mejorar sustancialmente la anterior propuesta, mediante otras posibles alternativas.
Los fondeaderos actuales tienen une ocupación media del 65% y están llenos el 40% del tiempo, según datos del pasado año, cuando en 2010 la ocupación media era del 50%. Esta saturación hace que muchos buques permanezcan en la zona al pairo (drifting), es decir, a poca máquina, lo que entraña un gran riesgo por su difícil manejo y porque consumen combustible.
Sólo queda esperar la entrega del nuevo documento por parte de la consultora, de cara a que el Consejo de Administración de la Autoridad Portuaria, dé el visto bueno a la zona de fondeo que se propondrá a Puertos del Estado, para su posterior aprobación por parte del Ministerio de Fomento.