La Organización Marítima Internacional (OMI) ha aprobado enmiendas al Anexo VI del Convenio MARPOL que establecen tres nuevas Áreas de Control de Emisiones (ECA) con el objetivo de reducir las emisiones de óxidos de nitrógeno (NOx) y óxidos de azufre (SOx) generadas por el tráfico marítimo. Estas modificaciones implican la aplicación de límites más estrictos en determinadas regiones marítimas, con el propósito de mejorar la calidad del aire y reducir los efectos contaminantes sobre los ecosistemas y la salud pública.
Las nuevas áreas designadas como ECA incluyen el mar Mediterráneo, donde se aplicarán restricciones a las emisiones de SOx, y el Ártico canadiense y el mar de Noruega, donde se impondrán limitaciones tanto a las emisiones de NOx como de SOx.
En el caso del Mediterráneo, los barcos que operen en esta zona deberán utilizar combustibles con un menor contenido de azufre o adoptar tecnologías alternativas que permitan cumplir con los límites de emisión establecidos. La normativa responde a las crecientes preocupaciones sobre la contaminación atmosférica en la zona, especialmente en las zonas portuarias y costeras con un tráfico marítimo intenso. Se espera que esta medida contribuya significativamente a mejorar la calidad del aire y reducir los impactos negativos en la salud de las poblaciones costeras.
Por otro lado, la designación del Ártico canadiense y el mar de Noruega como Áreas de Control de Emisiones responde a la necesidad de proteger estos entornos frágiles y de gran valor ecológico frente a la contaminación generada por los buques. La normativa impone restricciones tanto a las emisiones de óxidos de nitrógeno como de azufre, lo que obligará a los operadores marítimos a utilizar combustibles más limpios, instalar sistemas de depuración de gases de escape o adoptar tecnologías de propulsión más sostenibles.
Las enmiendas al Anexo VI del Convenio MARPOL establecen con precisión las coordenadas geográficas de estas nuevas áreas de control, que han sido incluidas en las regulaciones junto con mapas ilustrativos que delimitan los espacios afectados. En el caso del Mediterráneo y el Ártico canadiense, los mapas incluyen referencias numéricas que corresponden a los puntos específicos definidos en la normativa.
La entrada en vigor de estas nuevas regulaciones supone un desafío para los propietarios y operadores de buques, quienes deberán adaptar sus estrategias de combustible y evaluar la necesidad de instalar sistemas de reducción de emisiones para garantizar el cumplimiento de los nuevos límites. Las embarcaciones que no cumplan con los requisitos podrán enfrentarse a sanciones y restricciones operativas en las zonas afectadas.
La designación del mar Mediterráneo como ECA de SOx era una medida esperada, debido a la creciente preocupación sobre la contaminación marítima en la región. Asimismo, la inclusión del Ártico canadiense y el mar de Noruega como ECA de NOx y SOx refuerza el compromiso global con la reducción de emisiones en áreas ecológicamente sensibles.
Las autoridades marítimas y las organizaciones del sector deberán seguir de cerca las próximas actualizaciones regulatorias y los plazos de implementación de la normativa.