El último Informe Medioambiental Europeo del Transporte Marítimo, publicado por la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA) y la Agencia Europea de Seguridad Marítima (AESM), ha señalado un crecimiento sostenido en las emisiones de CO₂ del transporte marítimo en la Unión Europea (UE). Estas han alcanzado 137,5 millones de toneladas en 2022, lo que representa un 8,5% más que el año anterior y un 14,2% del total de las emisiones del sector del transporte, situándose por detrás del transporte por carretera y prácticamente a la par con la aviación.
El informe destaca que las emisiones de metano (CH₄) procedentes del transporte marítimo se han duplicado entre 2018 y 2023, constituyendo en 2022 el 26% de las emisiones totales de este gas en el sector del transporte. El incremento está vinculado al aumento de buques propulsados por gas natural licuado (GNL), que, si bien reduce otras emisiones contaminantes, genera fugas de metano.
Por otro lado, mientras que las emisiones de óxidos de azufre (SOx) han disminuido un 70% desde 2014 gracias a la implementación de zonas de control de emisiones SECA en el norte de Europa, las de óxidos de nitrógeno (NOx) han aumentado en un 10% entre 2015 y 2023. En particular, en regiones como el Atlántico (33%) y el Ártico (32%), el crecimiento ha sido aún mayor, a pesar de la designación del mar del Norte y el mar Báltico como zonas de control de NOx en 2021, una medida que solo afecta a los buques nuevos.
Contaminación del agua y residuos marinos
El transporte marítimo también contribuye a la contaminación acuática a través de descargas operacionales y vertidos de hidrocarburos. Según el informe, los sistemas de depuración de gases de escape (EGCS) en circuito abierto representan el 98% de las descargas operacionales permitidas, mientras que el 2% restante corresponde a aguas residuales y de sentina. Además, la descarga de aguas grises ha aumentado un 40% entre 2014 y 2023, atribuida en gran medida al incremento del tráfico de buques de crucero.
En cuanto a los residuos marinos, se ha registrado una reducción del 50% en los residuos derivados de la pesca y el transporte marítimo en la última década. No obstante, persiste la preocupación por la contaminación por plásticos, en particular por la pérdida de pellets de plástico durante el transporte de mercancías.
Ruido submarino y biodiversidad
El informe alerta sobre el impacto del ruido submarino irradiado (URN) en especies marinas, identificando zonas de alta presión acústica en el Canal de la Mancha, el Estrecho de Gibraltar, el mar Adriático y algunas regiones del mar Báltico. Se estima que con medidas técnicas y operativas adecuadas, se podría reducir el URN en un 70% entre 2030 y 2050.
Respecto a la biodiversidad, se indica que el 27% del fondo marino próximo a la costa en Europa está afectado por actividades marítimas, incluyendo el dragado, la expansión portuaria y el fondeo de buques. También se ha identificado un aumento del riesgo de colisión entre buques y fauna marina en las áreas protegidas de Natura 2000, mientras que la introducción de especies exóticas invasoras ha disminuido desde 2005.
En el ámbito de la transición energética, el informe señala que un número creciente de buques están adoptando fuentes de energía alternativas, como baterías, metanol, hidrógeno y propulsión eólica. Actualmente, al menos 44 puertos de la UE han instalado puntos de conexión eléctrica a tierra (OPS), aunque solo un número reducido de buques cuenta con el equipo necesario para conectarse a estas instalaciones.
En términos de reciclaje, se subraya que solo el 7% de los buques reciclados en 2022 mantenía el pabellón de un Estado miembro de la UE, lo que indica que el cambio de pabellón sigue dificultando los esfuerzos por un reciclaje de buques seguro y respetuoso con el medio ambiente.
Perspectivas y desafíos
El informe enfatiza que, pese a algunos avances en la reducción de emisiones y residuos, siguen existiendo desafíos en la transición hacia un transporte marítimo más sostenible. La implementación de regulaciones como el paquete «Fit for 55» y el Reglamento «FuelEU Maritime», que establecen objetivos de reducción de emisiones y la adopción de combustibles alternativos, será clave en los próximos años. Además, la expansión de la SECA al mar Mediterráneo en mayo de 2025 podría contribuir a una reducción significativa de las emisiones de azufre en la región.
Sin embargo, el sector aún enfrenta obstáculos como la necesidad de inversiones en infraestructuras y formación para la adopción de tecnologías más limpias. Se estima que hasta 800.000 tripulantes podrían necesitar capacitación adicional sobre el uso de combustibles alternativos para 2035.
El informe concluye que, si bien se están implementando medidas importantes, será crucial un esfuerzo coordinado entre la industria y las autoridades regulatorias para garantizar que el transporte marítimo contribuya de manera efectiva a los objetivos de descarbonización y sostenibilidad ambiental en la UE.