La Autoridad Portuaria de la Bahía de Algeciras (APBA) y el Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico (IAPH) han presentado los resultados de la restauración de un traje clásico de buzo de la primera mitad del siglo XX, perteneciente al Puerto de Algeciras. En el acto han participado el subdelegado del Gobierno en el Campo de Gibraltar, Javier Ros, la delegada territorial de Turismo, Cultura y Deporte, Tania Barcelona, el presidente de la APBA, Gerardo Landaluce, y el director general del IAPH, Juan José Primo.
La intervención ha permitido recuperar la estructura del traje, solventando el deterioro causado por el paso del tiempo y la fragilidad de los materiales. La restauración ha garantizado su estabilidad para su exposición en posición vertical, lo que permite que el público lo contemple en su forma original. El equipo, de 147 x 189 cm, está confeccionado con lona impermeabilizada con caucho vulcanizado. Se compone de dos escafandras de bronce y latón, dos botas y un escapulario de plomo, que servían como lastre para facilitar el trabajo bajo el agua. La abertura del cuello incorpora una junta de goma y doce orificios que permiten un ajuste hermético con los cascos, asegurando la estanqueidad y el aislamiento térmico del buceador.
Gerardo Landaluce, ha destacado la importancia de este proyecto dentro de la estrategia de responsabilidad social y corporativa de la institución. «Siempre hablamos de actividad, tráfico y conectividad, pero hoy es un día especial porque abordamos un aspecto fundamental de nuestra responsabilidad: la conservación del patrimonio histórico. Dentro de esta labor, desarrollamos un plan especial para el mantenimiento, recuperación y puesta en valor de los bienes históricos del Puerto de Algeciras«, ha señalado Landaluce.
Por su parte, el director del IAPH, ha destacado que el traje restaurado es una pieza única en el patrimonio andaluz y uno de los pocos ejemplares conservados en España. Algunos similares se encuentran en museos como el Massó de Bueu en Pontevedra y el Museo Marítimo de Barcelona. Todos ellos derivan del diseño original patentado en 1837 por Augusto Siebe, que revolucionó el buceo con la creación del primer traje estanco de casco cerrado.
Los trabajos del IAPH se han desarrollado en las dos sedes que posee la institución, en Sevilla y Cádiz, dada la diversidad de materiales que componen el conjunto. En los talleres del Monasterio de la Cartuja de Sevilla, el Centro de Intervención ha trabajado en la restauración del textil, reforzándolo internamente con espuma de polietileno. Mientras tanto, el Centro de Arqueología Subacuática (CAS), en Cádiz, ha llevado a cabo la limpieza, estabilización de la corrosión y protección de los elementos metálicos.
La restauración se ha basado en un estudio detallado del traje, siguiendo criterios de conservación que aseguran su integridad y valores culturales. La intervención se ha realizado con métodos reversibles y materiales testados en la preservación del patrimonio.
Las investigaciones del IAPH apuntan a que el equipo pudo haber sido fabricado en Barcelona por la empresa Gimeno Carbonell, proveedora de equipos de buceo para la Armada Española a mediados del siglo XX. La autenticidad de esta hipótesis se ha confirmado en las escafandras, que presentan marcas de autoría de la firma. Es probable que el soporte textil también procediera de la misma compañía, que entre 1953 y 1957 anunciaba la fabricación de “trajes estancos para inmersiones submarinas”.
Este equipo fue utilizado por el personal de buceo de la antigua Junta de Obras del Puerto de Algeciras, organismo fundado en 1906. Sus funciones incluían reparaciones de embarcaciones, mantenimiento de infraestructuras portuarias y recuperación de buques y objetos sumergidos. La restauración ha garantizado su estabilidad para su exposición en posición vertical, lo que permitirá que el público lo contemple en su forma original en su futura exposición dentro del museo y centro de interpretación del Lago Marítimo.