La Comisión Europea ha aprobado, conforme a las normas de ayudas estatales de la UE, un paquete de ayudas estimado en 4.060 millones de euros para respaldar la operación de cuatro unidades flotantes de almacenamiento y regasificación (FSRU, por sus siglas en inglés) destinadas a la importación de gas natural licuado (GNL) en Alemania.
Esta medida responde a la disrupción en los mercados energéticos causada por la invasión rusa de Ucrania y la interrupción del suministro de gas a través de los gasoductos de Rusia a Alemania. Las FSRU, de las cuales dos ya han comenzado a operar, proporcionan una ruta adicional de importación para sustituir parte del gas ruso perdido. Estas unidades representan una solución temporal hasta que se completen las instalaciones terrestres permanentes en Alemania, garantizando un suministro de gas a largo plazo.
El apoyo se materializa en forma de una subvención directa que cubrirá las pérdidas operativas de Deutsche Energy Terminals (DET), la empresa estatal encargada de gestionar las FSRU, durante el período de vigencia de sus contratos de arrendamiento. Estas unidades, adquiridas en el pico de la crisis energética, implicaron altos costos debido a la elevada demanda y precios en ese momento. Dado su limitado periodo de operación, desde el inicio se preveía que funcionarían con pérdidas. Entre 2023 y 2033, la contribución neta total se estima en 4.060 millones de euros, aunque podría aumentar hasta 4.960 millones en caso de pérdidas superiores a las previstas.
Alemania se ha comprometido a cesar las operaciones de las terminales flotantes de Brunsbüttel y Stade una vez que entren en funcionamiento las terminales terrestres previstas en esas mismas ubicaciones, evitando así una superposición en el mercado. Cuando las terminales terrestres estén operativas, las FSRU se subarrendarán a precios de mercado mediante licitaciones abiertas a nivel global para todos los interesados y localizaciones, hasta que expiren los contratos de arrendamiento.
Este paquete de ayudas refuerza la estrategia alemana para enfrentar la crisis energética y asegurar el suministro de gas en el corto plazo, mientras se desarrollan soluciones más sostenibles. Sin embargo, el enfoque en infraestructuras de GNL ha suscitado críticas por parte de organizaciones ambientales que temen una dependencia prolongada de los combustibles fósiles.
El mercado europeo de terminales de GNL muestra señales de estabilización. Según el Instituto de Economía Energética y Análisis Financiero (IEEFA), las importaciones de GNL en la UE han disminuido y varios países han pospuesto o cancelado proyectos de terminales. Este cambio podría indicar el final de la expansión acelerada de infraestructura para GNL en Europa.