El Puerto de Barcelona ha certificado, por primera vez, la huella de carbono global de todas las actividades desarrolladas en área de influencia, convirtiéndose en el primer puerto del Mediterráneo en adoptar la norma ISO 14064 para este fin. El cálculo correspondiente al año 2022, validado por DNV, asciende a 495.356 toneladas de CO₂ equivalente (tCO₂eq). Este análisis incluye tanto las actividades tradicionales como otras nuevas incorporadas, como la industria, las obras portuarias y la gestión de residuos de los barcos.
De las emisiones totales, 349.39 tCO₂eq provienen de actividades previamente consideradas en los inventarios del Puerto, mientras que 145.95 tCO₂eq corresponden a las nuevas actividades añadidas. Esta certificación internacional garantiza la fiabilidad de los datos y facilita su comparabilidad en el tiempo, un avance significativo respecto al sistema anterior basado en acuerdos voluntarios de la Generalitat de Cataluña.
La jornada “Huella de Carbono de la Comunidad Portuaria de Barcelona: resultados, certificación y perspectivas”, organizada por el Departamento de Sostenibilidad Ambiental y Transición Energética del Puerto de Barcelona, fue el marco para la presentación de este primer cálculo global.
Durante el acto, José Alberto Carbonell, presidente del Puerto de Barcelona, destacó el compromiso conjunto de la Comunidad Portuaria con la descarbonización, señalándolo como un aspecto clave para garantizar un crecimiento sostenible. Carbonell subrayó que este análisis anual permitirá medir la efectividad de iniciativas como el proyecto Nexígeno, enfocado en la electrificación de muelles y enmarcado en el Plan de Transición Energética del puerto.
Por su parte, Héctor Calls, director de Sostenibilidad Ambiental y Transición Energética, señaló que la certificación de la huella de carbono será una herramienta esencial para la definición del nuevo Plan de Transición Energética, que se presentará en 2025. Este plan tiene como objetivo transformar el Puerto de Barcelona en un referente en energías sostenibles, incrementando su resiliencia, competitividad y atractivo para operadores y clientes.
El cálculo de la huella de carbono de 2022 también ha incorporado nuevas actividades no contempladas en inventarios anteriores, como la industria y los residuos MARPOL. Mauricio Hervàs, investigador en transición energética, detalló que el análisis ha permitido identificar fuentes clave de emisiones y establecer prioridades para su reducción.
Entre las categorías evaluadas, las maniobras y estancias de barcos en el puerto representan el 64% de las emisiones. Las concesiones portuarias, que incluyen terminales y actividades industriales, aportan el 29%, mientras que las obras portuarias y la gestión de residuos suponen el 4%. Por último, la movilidad terrestre dentro del puerto genera el 3% del total.
La jornada concluyó con una sesión colaborativa que exploró formas de mejorar la calidad de los datos y optimizar el proceso de certificación. La implicación de las concesiones portuarias en la recopilación de información energética fue destacada como un factor clave para establecer una base sólida de trabajo. Además, se hizo hincapié en la importancia de un cambio de mentalidad en toda la comunidad portuaria para lograr una transición energética efectiva y sostenible.