A.P. Moller-Maersk ha informado que no retomará la navegación a través del Canal de Suez hasta al menos 2025, debido a la situación de inseguridad en el Mar Rojo. Esta ruta es fundamental para el comercio entre Asia y Europa, y su interrupción ha obligado a las navieras a redirigir sus portacontenedores por la ruta alternativa del Cabo de Buena Esperanza, lo que ha incrementado significativamente los costes logísticos y congestionado los puertos de Asia y Europa.
El consejero delegado de Maersk, Vincent Clerc, ha declarado en una reciente comparecencia que la empresa no espera una resolución del conflicto en el corto plazo. “No hay signos de distensión y no es seguro para nuestros buques, ni para nuestro personal, ir allí. Nuestra previsión en este momento es que se prolongue hasta bien entrado 2025”, comentó Clerc. Ante esta situación, Maersk tomó la decisión en enero de desviar todas sus embarcaciones de las rutas del Mar Rojo hacia el Cabo de Buena Esperanza, una medida que será mantenida hasta que la seguridad marítima pueda garantizarse en la región.
A pesar de estos retos, Maersk ha registrado una sólida demanda en el tercer trimestre de este año, impulsada principalmente por las exportaciones de China y el Sudeste Asiático. Clerc ha señalado que no se anticipan signos de desaceleración en los volúmenes de carga provenientes de Europa o Norteamérica en los próximos meses, lo que indica que el flujo de comercio internacional continúa siendo robusto a pesar de las disrupciones.
La empresa confirmó el 21 de octubre beneficios preliminares sólidos en el tercer trimestre, los cuales fueron impulsados en gran medida por las elevadas tarifas de flete derivadas de la fuerte demanda y las dificultades logísticas actuales en la ruta del Mar Rojo. Ante este contexto, Maersk ha ajustado al alza sus previsiones para el año completo, basándose en la expectativa de que los volúmenes de transporte sigan siendo elevados y en la prolongada situación de inseguridad que impacta el comercio este-oeste.