La Organización Europea de Puertos Marítimos (ESPO) ha expresado su preocupación por la propuesta de la Comisión Europea sobre el futuro presupuesto de la Unión, que planea reformar el sistema de financiación de transportes, integrando los fondos de transporte en planes de financiación únicos por Estado miembro. Este cambio limitaría el acceso directo a fondos de la UE, dejando solo disponibles para proyectos transfronterizos clave, como el Rail Báltica, el túnel Fehmarnbelt o la conexión ferroviaria Lyon-Turín.
Los puertos europeos han instado a la Comisión a preservar y reforzar el instrumento específico de financiación para infraestructuras de transporte, actualmente conocido como Connecting Europe Facility (CEF), adaptándolo mejor a las necesidades de los puertos y de sus actores. Según la ESPO, este instrumento es esencial para completar una Red de Transporte Europea eficiente y moderna, la cual no solo es clave para el mercado interno de Europa, sino también para su resiliencia y preparación militar.
Desde la perspectiva de ESPO, la nueva orientación de la Comisión hacia planes nacionales contraviene la necesidad de una evaluación y planificación europeas comunes, como sugiere el informe Draghi. Aunque se entiende que los planes nacionales deberán cumplir con criterios y prioridades de la UE, la ESPO advierte que esta fragmentación debilitará la coordinación europea en infraestructuras y pondrá en riesgo la igualdad de condiciones entre Estados miembros.
La ESPO subraya el riesgo de retroceder a un enfoque de los años 80, donde las prioridades nacionales prevalecían, generando una estructura fragmentada de 27 Estados y múltiples regiones. La falta de una dotación clara para los puertos y sus proyectos estratégicos, como los relacionados con la transición energética, puede llevar a la omisión de estas inversiones en favor de otros objetivos políticos de los gobiernos nacionales. La desaparición del CEF o de un instrumento similar significaría que los puertos deberían cumplir con los estrictos requisitos de la política TEN-T, pero enfrentando una incertidumbre presupuestaria y una falta de estabilidad para la inversión a largo plazo, dependiente de las prioridades cambiantes de los gobiernos nacionales. Esto obstaculizaría una visión coherente para los corredores de transporte que conectan las economías europeas y limitan su competitividad global.
Además, el impacto transfronterizo de los puertos, aunque no siempre se considera “transfronterizo” en sentido estricto, es fundamental. Los puertos son puntos de partida para operaciones intermodales transfronterizas y flujos marítimos internacionales, conectando tanto el mercado local como múltiples rutas terrestres internacionales. La ESPO recuerda que la infraestructura de transporte es un sector en red, por lo que una conexión deficiente en una región afecta a toda la red, perjudicando la economía y la sociedad europea. Una infraestructura portuaria bien conectada y eficiente beneficia mucho más allá de las fronteras nacionales.
Por ello, la ESPO defiende la necesidad de un instrumento de infraestructura específico y reforzado para transporte de la UE, con un fondo suficiente dedicado a los puertos. Los 327 puertos europeos son parte esencial de la política de infraestructura europea y juegan un rol creciente como puertas de entrada comercial, centros logísticos y socios en la transición energética, asegurando la seguridad energética de Europa. Además, la descarbonización del sector marítimo requerirá inversiones significativas en combustibles alternativos de bajo carbono en puertos de toda Europa. Los puertos, como clústeres industriales, también serán esenciales en las cadenas de suministro para industrias limpias y de cero emisiones en Europa, y tienen un papel destacado en la preparación militar de la región.
De acuerdo con el último estudio de inversión de ESPO, las necesidades de inversión de los puertos europeos ascienden a 80.000 millones de euros para la próxima década. Estas inversiones, de alto valor añadido para la sociedad, suelen conllevar bajos, lentos o arriesgados retornos financieros, lo que pone en riesgo la viabilidad de los proyectos. La ESPO insta a la Comisión Europea a considerar la importancia estratégica de los puertos y la necesidad de una visión de financiación europea que permita su desarrollo eficaz.