José Alberto Carbonell, ingeniero de Caminos, Canales y Puertos con una trayectoria de más de tres décadas en el Puerto de Barcelona, ha sido elegido por la Generalitat de Cataluña como el próximo presidente de la Autoridad Portuaria. Carbonell, que desde 2009 ocupa el cargo de director general, tomará el relevo de Lluís Salvadó.
Carbonell cuenta con una formación destacada en gestión y administración, incluyendo un MBA por EADA Business School y un PADE por IESE Business School, lo que refuerza su perfil como experto en la dirección de grandes infraestructuras. Su experiencia en el Puerto de Barcelona comenzó en 1991 y ha abarcado diversas responsabilidades hasta consolidarse como una figura clave en la dirección general durante los últimos 15 años. En este periodo, ha contribuido al crecimiento sostenido del puerto, enfrentando los retos logísticos y comerciales de una infraestructura que opera en un entorno de alta competencia.
El contexto de su nombramiento coincide con un momento de expansión para el Puerto de Barcelona, que en los primeros cinco meses del año ha alcanzado ingresos de 79 millones de euros, un aumento del 2% interanual, y un beneficio neto de 21 millones, lo que representa un crecimiento del 13%. Estas cifras reflejan un repunte significativo de la actividad, que según datos del propio puerto, se ha visto impulsado especialmente por el tráfico de contenedores. Este segmento ha experimentado un alza del 24% en el primer semestre, sumando 752.000 TEUs. El aumento ha sido liderado por el tráfico de transbordo —contenedores descargados y cargados en diferentes barcos— que ha crecido un 45% en lo que va de año.
Este crecimiento en el tráfico de contenedores se ha atribuido en parte a la crisis del mar Rojo, que ha desviado el tránsito de mercancías hacia rutas alternativas a través del Mediterráneo occidental y el estrecho de Gibraltar, en lugar del canal de Suez. Las proyecciones de actividad anticipan que el puerto podría cerrar el año con un movimiento cercano a los 4 millones de TEUs, cifra que confirmaría la recuperación tras los descensos observados en 2022.
En paralelo, el Puerto de Barcelona ha registrado un incremento en el tráfico de pasajeros de cruceros, que alcanzó los 1,1 millones de visitantes en la primera mitad del año, un 3,9% más respecto al mismo periodo del año anterior. Este aumento se ha producido a pesar de la controversia en torno a la actividad crucerista y su impacto ambiental en la ciudad, un debate que sigue latente en el ámbito local.