El Ayuntamiento de Santander ha presentado hoy el proyecto de acondicionamiento de la dársena de Molnedo, una iniciativa que permitirá recuperar este espacio portuario histórico e integrarlo en el frente marítimo de la ciudad. La alcaldesa Gema Igual, junto al presidente de la Autoridad Portuaria, César Díaz, han dado a conocer los detalles de esta actuación que cuenta con un presupuesto de 1,1 millones de euros y un plazo de ejecución de 10 meses.
El proyecto, elaborado por el arquitecto Ignacio Bartolomé, pretende respetar la identidad histórica de la dársena y sus elementos originales, tales como el malecón, las vías ferroviarias y los adoquines que pavimentan la zona. Según Igual, la intervención abarcará una superficie de más de 5.000 m², mejorará la accesibilidad y ordenará los diferentes usos del espacio, que incluyen áreas peatonales, rodadas, náuticas y deportivas.
La regidora ha subrayado que esta iniciativa forma parte del proceso de transformación urbana que persigue la integración de los espacios portuarios con la ciudad, agradeciendo a la Autoridad Portuaria su colaboración. Asimismo, ha señalado que el proyecto será aprobado por la Junta de Gobierno en un plazo de un mes y que las obras comenzarán previsiblemente después del próximo verano, una vez se firme el convenio para la cesión de los terrenos portuarios.
Por su parte, César Díaz ha afirmado que el proyecto se ha centrado en recuperar los elementos históricos y ordenar los diferentes usos del espacio, buscando la mejor convivencia entre las actividades portuarias, náuticas y peatonales. Díaz ha destacado el valor de la cooperación institucional en la ejecución de este tipo de proyectos, que buscan la integración puerto-ciudad y la mejora del entorno para el disfrute de los santanderinos.
Recuperación patrimonial e integración urbana
La dársena de Molnedo, construida en 1887, ha sido un punto clave en el desarrollo histórico del puerto de Santander. Su espigón protector facilitó durante años las labores pesqueras y contribuyó a la disposición lineal de los muelles de la bahía. El proyecto busca poner en valor esta historia, respetando los elementos originales y destacando su importancia patrimonial.
El proyecto contempla la urbanización de un paseo de más de 380 metros de longitud y 16 metros de ancho, que culmina en un brazo estrecho de 120 metros. La intervención incluye la renovación del pavimento, con la recuperación de los adoquines originales, y la mejora de la iluminación, aprovechando la estructura histórica de los 49 arcos que conforman el espigón. Estos arcos, que datan del siglo XIX, serán iluminados de manera sutil para resaltar su valor estético y su relevancia como patrimonio de la ciudad.
Además, el proyecto prevé limitar el acceso rodado, garantizando la seguridad peatonal y ordenando los estacionamientos para vehículos autorizados y motos, atendiendo a la demanda estacional, especialmente en verano. Se instalarán también nuevos elementos urbanos como papeleras y farolas, y se renovarán los servicios urbanos de la zona.