La Autoridad Portuaria de Baleares (APB) ha implementado en el puerto de Ibiza un proyecto piloto que utiliza biotecnología para generar energía limpia mediante la descomposición orgánica de la tierra. Esta iniciativa, desarrollada en colaboración con la empresa Bioo, se ha destinado a iluminar un jardín del espacio público portuario, aprovechando los procesos naturales del suelo para obtener electricidad.
El sistema se basa en unos paneles biotecnológicos instalados en el suelo de los maceteros que rodean el parque infantil del Botafoc. Estos paneles aprovechan la actividad de los microorganismos presentes en el suelo para generar energía que alimenta diez luminarias del entorno. Según Bioo, la instalación es capaz de producir 23,8 Wh de energía limpia durante todo el día, contribuyendo además a reducir la emisión de 804 kg de CO2 anuales y el ahorro de más de 109.000 litros de agua al año. También se ha estimado que el sistema contribuye a una compensación de temperatura de 4,8ºC en el área.
El proyecto, que se inició en agosto y ha sido implementado en un periodo de dos meses, ha supuesto la creación de catorce empleos directos. Esta tecnología es la primera de su tipo en los puertos de interés general del archipiélago balear, lo que refuerza el compromiso de la APB con la innovación y la sostenibilidad.
Avances ambientales en los puertos del archipiélago
La APB ha incluido esta iniciativa dentro de su estrategia ambiental, cuyo objetivo es convertir a los puertos bajo su gestión en referentes en sostenibilidad. Para ello, el organismo portuario ha estado llevando a cabo diversas pruebas piloto en sus instalaciones, con el fin de evaluar su viabilidad y, eventualmente, aplicar estas soluciones a mayor escala.
Entre los proyectos que forman parte de esta estrategia se encuentra la electrificación de los muelles mediante la tecnología de conexión a tierra OPS (Onshore Power Supply), que permite a los barcos conectarse a la red eléctrica terrestre, reduciendo así el uso de combustibles fósiles durante su estancia en puerto. Otro ejemplo es la instalación de sensores que miden la contaminación atmosférica a través de satélites, en el marco del proyecto Eiffel, así como la implementación de una pila de hidrógeno en el puerto de Palma, desarrollada en el proyecto europeo Green Hysland.