El Canal de Suez ha sufrido una importante disminución en sus ingresos entre enero y agosto de 2024, con una pérdida estimada entre un 50% y un 60% en comparación con el mismo período de 2023. Estas cifras, que se traducen en una merma de aproximadamente 6.000 millones de dólares, han sido confirmadas por el presidente de Egipto, Abdel El-Sisi, durante un acto oficial celebrado en El Cairo.
Los datos recientes son más preocupantes que los proporcionados por la Autoridad del Canal de Suez (Suez Canal Authority, SCA) al cierre de su último ejercicio fiscal, que abarca desde julio de 2023 hasta finales de junio de 2024. La SCA había señalado una caída del 23,4% en los ingresos al finalizar junio de 2024, alcanzando los 7.200 millones de dólares, frente a los 9.400 millones obtenidos en el ejercicio anterior. Este descenso de ingresos se ha visto acompañado de una reducción en los tránsitos de buques, que han disminuido en más de 5.000 unidades, pasando de 25.911 tránsitos en el ejercicio 2022/2023 a 20.148 en el ejercicio 2023/2024.
El impacto negativo en el tráfico del Canal de Suez se atribuye a la crisis derivada de los ataques de las milicias Hutíes a los buques mercantes que transitan por el mar Rojo en dirección al canal. Ante la inseguridad en la zona, gran parte de los buques portacontenedores ha optado por desviar sus rutas por el cabo de Buena Esperanza, lo que ha incrementado el uso de la ruta alternativa por el sur de África. Esta situación también ha afectado de manera significativa al tráfico de petroleros, que se ha reducido a la mitad durante este año.
En agosto de 2024, el Canal de Suez ha registrado el paso de 202 buques petroleros, con una capacidad total de 16,6 millones de toneladas de peso muerto (Mtpm). Este volumen de tráfico supone una caída del 49,8% en comparación con agosto de 2023, reflejando la pérdida de confianza de las navieras en la seguridad de la ruta a través del mar Rojo.
La situación del Canal de Suez tiene implicaciones significativas para la economía de Egipto, ya que constituye una de sus principales fuentes de ingresos en divisas. Esta reducción en los ingresos ocurre en un contexto especialmente complicado para el país, que enfrenta dos conflictos armados en sus fronteras: la guerra entre Israel y Hamás en la Franja de Gaza, y el conflicto en Sudán. Ambos conflictos han contribuido a aumentar la presión sobre la economía egipcia, que ya venía enfrentando una crisis derivada de la inflación y devaluación de la moneda local.