Cepsa Química ha lanzado su nuevo producto NextLab Low Carbon para los mercados de Europa y Asia, fabricado con una significativa reducción de emisiones gracias al uso de energía renovable en su proceso de producción. Esta innovación busca ofrecer un producto más respetuoso con el medio ambiente sin alterar las propiedades ni la calidad del LAB (alquilbenceno lineal), principal componente en la fabricación de detergentes biodegradables.
El NextLab Low Carbon se produce utilizando fuentes de energía renovables, lo que permite reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 19% en comparación con el LAB tradicional, que depende de combustibles fósiles. Este dato se ha obtenido a través de una comparativa de la huella de carbono realizada bajo el enfoque ‘cradle-to-gate’, que abarca desde la obtención de la materia prima hasta la salida del producto de la fábrica.
El NextLab Low Carbon se produce utilizando fuentes de energía renovables, lo que permite reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 19% en comparación con el LAB tradicional
En 2023, Cepsa Química comenzó la producción de este nuevo LAB en su planta de Canadá para el mercado estadounidense, y ahora lo producirá en su planta de Puente Mayorga (Cádiz), desde donde abastecerá a Europa y Asia. Esta planta, una de las más avanzadas en el sector, fue la primera en implementar la tecnología Detal Flex 2-fenil, mejorando tanto la eficiencia como la sostenibilidad de la producción de LAB.
Cepsa Química es líder mundial en la producción de LAB, responsable de cerca del 18% de la producción global, y el 60% de los detergentes biodegradables, tanto domésticos como industriales, contienen este compuesto. El LAB se utiliza ampliamente por su eficacia en diversos formatos de detergentes, desde los tradicionales hasta los más innovadores.
Para respaldar la sostenibilidad del NextLab Low Carbon, Cepsa Química ha desarrollado un nuevo sistema de certificación que asegura la trazabilidad en la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) mediante el uso de energía renovable. Este sistema, auditado por entidades independientes como AENOR, establece un precedente en la industria química, que hasta ahora carecía de un marco de certificación para productos elaborados con energías limpias. Aunque inicialmente pensado para el LAB, este sistema puede extenderse a otros productos, impulsando la adopción de prácticas sostenibles en toda la industria.