El «Informe Draghi» estima en 39.000 millones de euros anuales la inversión necesaria para la descarbonización marítima

El documento advierte del riesgo de pérdida de competitividad si no se alinean las normativas internacionales con las europeas.

El reciente informe coordinado por Mario Draghi, ex-primer ministro de Italia y ex-presidente del Banco Central Europeo, ha puesto de relieve una serie de cuestiones críticas para la competitividad de la economía de la Unión Europea (UE), con un enfoque particular en el sector del transporte marítimo. La asociación que representa a los navieros de la UE, ECSA, ha valorado positivamente las conclusiones del documento, las cuales podrían influir en la formulación de las políticas de los nuevos Comisarios europeos en los próximos cinco años.

Uno de los puntos clave del informe es la disminución de la cuota de la flota mercante mundial controlada por los Estados miembros de la UE, que ha pasado del 39,5% en 2020 al 35,4% en 2024. Aunque la flota europea ha crecido en términos absolutos, su cuota global se ha visto afectada por la competencia de países como China, que ofrece un entorno financiero más favorable, especialmente en términos de leasing para armadores. Al mismo tiempo, los bancos comerciales europeos han endurecido las condiciones de acceso al crédito, lo que ha generado un entorno menos competitivo para los navieros de la UE.

El informe también destaca la importancia de las Directrices sobre Ayudas de Estado al Transporte Marítimo para mantener la competitividad del sector, pero señala que el carácter global de la industria permite el traslado rápido de activos entre países, lo que aumenta la vulnerabilidad de la flota europea frente a competidores internacionales. En particular, menciona a terceros países en Asia, Oriente Medio y América del Norte, así como el Reino Unido, que ofrecen entornos empresariales más atractivos.

En cuanto a la descarbonización del sector marítimo, el informe estima que se necesitarán inversiones anuales de 39.000 millones de euros entre 2031 y 2050 para cumplir con los objetivos internacionales de reducción de emisiones. La UE se enfrenta al riesgo de que sus centros logísticos pierdan competitividad frente a países vecinos si no se establecen medidas para garantizar una igualdad de condiciones a nivel global. En este contexto, el informe propone que la UE lidere los esfuerzos internacionales a través de la Organización Marítima Internacional (OMI), buscando alinear las normativas globales con los estándares europeos, además de abogar por la creación de un mecanismo mundial de fijación de precios de las emisiones y normas sobre eficiencia energética y combustibles.

Otro aspecto relevante del informe es la necesidad de mejorar el acceso a la financiación para sectores de difícil descarbonización, como el transporte marítimo, mediante mecanismos como Contratos por Diferencia de Carbono y convocatorias de ayudas en el Fondo de Innovación del Sistema de Comercio de Emisiones (ETS). También se enfatiza la importancia de desarrollar infraestructuras para el suministro de combustibles alternativos, como los biocombustibles avanzados y los combustibles sintéticos, que jugarán un papel crucial a largo plazo.

En el ámbito de la construcción naval, el informe pone de relieve la dependencia europea de los astilleros asiáticos, que se benefician de mayores ayudas estatales. Sugiere que la UE explore sinergias con la industria militar y establezca incentivos fiscales para que los armadores adquieran buques construidos en Europa, ampliando los instrumentos financieros de la UE a proyectos de energías renovables y buques especializados.

Finalmente, el informe aborda la necesidad de reciclar y mejorar las habilidades de los marinos en vista de la transición ecológica y digital. Se estima que hasta 250.000 marinos europeos podrían verse afectados en los próximos años, y 800.000 a nivel global en la próxima década, por lo que se requerirá un esfuerzo significativo en la capacitación del personal marítimo.

El secretario general de ECSA, Sotiris Raptis, ha afirmado que el informe Draghi reconoce el papel clave del transporte marítimo europeo en la seguridad energética, alimentaria y de la cadena de suministro, subrayando la importancia de mantener y aumentar la flota operada por la UE para asegurar la competitividad y acceso a los mercados internacionales en un entorno geopolítico incierto.

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