En los últimos cuatro meses, se han producido cuatro incidentes graves a bordo de buques portacontenedores, dos en puerto y otros dos en alta mar, lo que ha llevado a TT Club a reiterar su mensaje sobre la importancia de que los expedidores y aquellos que facilitan la cadena de suministro sean más diligentes en la clasificación, embalaje, declaración y manejo de sus cargas.
La lista de incidentes, que incluye tanto explosiones como incendios, abarca desde el suceso del ‘Northern Juvenile’ en el Mar de China Meridional en mayo, hasta el ‘Maersk Frankfurt’ en el Océano Índico, y los incidentes más recientes que involucraron al ‘MSC Cape Town III’ en Colombo y al ‘YM Mobility’ en Ningbo. «Las causas aún están bajo investigación», ha declarado Peregrine Storrs-Fox de TT Club. «Sin embargo, hay fuertes indicios de que productos químicos potencialmente explosivos y aceleradores de fuego, como las baterías de iones de litio, podrían estar involucrados en al menos dos de los casos. Como en incidentes anteriores, es probable que se hayan cometido varios errores en la fase inicial de los envíos y en la comunicación de la naturaleza exacta de las cargas a las partes de la cadena de suministro, lo que ha dado lugar a estas ‘tormentas perfectas’. Cada participante en el proceso debe actuar en el mejor interés de la seguridad en cada punto del trayecto de estas cargas.»
Este aumento en la frecuencia de incendios graves en buques portacontenedores recuerda al registrado en 2019, aunque la frecuencia media de los últimos 30 años se mantiene en uno cada 60 días. No obstante, cualquier evento que ponga en peligro la vida es uno de más. De los cuatro incidentes recientes, dos ocurrieron mientras el buque estaba atracado, lo que permitió a los servicios de emergencia en tierra responder rápidamente para minimizar los daños y la pérdida de vidas, aunque surgieron riesgos de contaminación y bloqueo de muelles. Cuando los incidentes ocurren en alta mar, las consecuencias pueden ser mucho más graves, como lo demuestra el caso del ‘Maersk Frankfurt’, donde un tripulante perdió la vida, el incendio ardió durante varios días y el buque sigue bajo custodia de los salvadores en el mar.
El número exacto de contenedores que transportan mercancías peligrosas cada año es difícil de estimar debido a la declaración errónea o la falta de declaración. En parte como respuesta a los problemas relacionados con la declaración inexacta, la OMI enmendó en 2022 las ‘Directrices para la implementación de los programas de inspección de unidades de transporte de carga’, instando a los gobiernos a inspeccionar todos los tipos de unidades, independientemente de la carga declarada. Los resultados consolidados recientemente publicados, provenientes de solo ocho países (o el 5% de los Estados signatarios), para 2023 evidencian que persisten las preocupaciones de seguridad.
Aunque el pequeño tamaño de la muestra, alrededor del 0,03% del tráfico de contenedores, refleja una ligera mejora en la ‘señalización y marcado’, esta deficiencia, que es la primera alerta visual para muchos involucrados, especialmente los servicios de emergencia, sigue siendo superior al 40%. Además, los informes que señalan deficiencias en la ‘Estiba y sujeción’ (dentro de las unidades), un tema central del Código CTU, indican una tendencia de empeoramiento rápido en los últimos cinco años y la peor situación desde que comenzaron los informes en 2001. También es destacable la tendencia de empeoramiento en los últimos cinco años relacionada con errores en la documentación, otro indicador clave de riesgo. El cuidado de cada envío requiere una buena comunicación a lo largo de la cadena de suministro, la debida diligencia por parte de todos los actores y una cultura de ‘conoce a tu cliente y socio operativo’.