A.P. Møller-Mærsk ha sumado oficialmente a su flota el «Alette Mærsk», el cuarto buque portacontenedores de gran tamaño con combustible dual a metanol. La ceremonia de bautizo se ha llevado a cabo en el Puerto de Los Ángeles, y ha contado con la presencia de la renombrada snowboarder y doble medallista de oro olímpica, Chloe Kim, quien ha ejercido como madrina de la embarcación.
Durante el evento, Vincent Clerc, CEO de Maersk, ha subrayado los enormes desafíos que enfrenta la industria naviera, señalando la complejidad y magnitud del sector, lo que dificulta especialmente los esfuerzos de descarbonización. Clerc ha reconocido que, aunque la incorporación de estos nuevos buques de combustible dual representa un avance importante, aún no constituyen una solución sostenible a largo plazo. En sus declaraciones, ha enfatizado la necesidad de una acción inmediata y coordinada a nivel industrial, destacando el objetivo de la compañía de transportar el 25% de su carga oceánica con combustibles de bajas emisiones para 2030. Sin embargo, ha advertido que alcanzar este objetivo requerirá un cambio sistémico, incluyendo la implementación urgente de regulaciones que hagan viables y asequibles los combustibles verdes.
El «Alette Mærsk», un imponente buque de 350 metros de largo, ha captado la atención en el Puerto de Los Ángeles durante la ceremonia de bautizo, en la que cientos de invitados han sido testigos del momento en que se ha revelado el nombre del buque. La nave es el primer portacontenedores impulsado por metanol en hacer escala en Estados Unidos. Tras el evento, los asistentes han tenido la oportunidad de recorrer el interior del buque, visitando áreas clave como la sala de máquinas y el puente de navegación.
Clerc ha destacado que el transporte marítimo representa aproximadamente el 3% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero, convirtiéndolo en un contribuyente significativo al impacto ambiental. Aunque ha señalado que el transporte de mercancías por mar sigue siendo el modo más eficaz y ecológico, ha advertido que el volumen de operaciones genera una considerable huella de carbono, lo que subraya la urgencia de adoptar medidas más contundentes en la transición hacia una industria más sostenible.