Personal científico del Grupo de Ecología de Angiospermas Marinas (GEAM) del Centro Oceanográfico de Murcia, perteneciente al Instituto Español de Oceanografía (IEO, CSIC), ha llevado a cabo entre junio y agosto de 2024 una nueva campaña de cartografía submarina en el Mar Menor. Esta actualización, que se realiza periódicamente desde 2014, ha revelado una preocupante falta de recuperación en las praderas de la angiosperma Cymodocea nodosa, uno de los componentes más afectados por el colapso del ecosistema lagunar en 2016.
Durante la campaña, el equipo científico ha recorrido un total de 175 kilómetros lineales de la laguna, obteniendo imágenes en continuo del fondo marino mediante una videocámara submarina diseñada específicamente por el IEO. Estas imágenes, georreferenciadas mediante un software desarrollado para este fin, se complementan con 130 observaciones directas realizadas por buzos. Además, se han empleado imágenes satelitales que muestran la vegetación del fondo, validadas con las observaciones obtenidas.
Los datos recogidos permiten identificar las especies que conforman la comunidad bentónica de la laguna, donde predominan el alga verde Caulerpa prolifera y las angiospermas Cymodocea nodosa y Rupia cirrhosa. La comparación con los mapas anteriores, especialmente el primero obtenido en 2014, muestra una significativa transformación del ecosistema tras el colapso de 2016, cuando desaparecieron más del 85% de las praderas marinas, transformando 11.352 hectáreas de cubierta vegetal en fangos desnudos.
Aunque en el mapa de 2017 se observó una recuperación inicial del 38%, esta se limitó a la recolonización por Caulerpa prolifera. Para 2019, el alga verde había colonizado el 100% de los fangos, mientras que las praderas de Cymodocea nodosa solo mostraron un 12,34% de recuperación respecto a su extensión original. En los mapas de 2020 a 2024, esta situación se ha mantenido prácticamente invariable, sin evidencia de recuperación significativa, y con la desaparición de 615 hectáreas de Caulerpa prolifera bajo la denominada “mancha blanca” de agua turbia.
El investigador responsable del proyecto, Juan Manuel Ruiz, ha subrayado la gravedad de la pérdida permanente de 7.062 hectáreas de Cymodocea nodosa, lo que ha conllevado una disminución de los servicios ecosistémicos, como el control de la calidad del agua, la biodiversidad y la pesca. Además, el cambio a un estado dominado por Caulerpa prolifera se asocia a los aportes de nutrientes derivados de la actividad humana en la región.
Aunque la recolonización de Caulerpa prolifera desde 2019 ha contribuido a la mejora de la calidad del agua en la laguna, su menor tolerancia térmica hace que el Mar Menor sea vulnerable a los efectos del cambio climático, aumentando el riesgo de eventos disruptivos similares a los de 2016. La reciente campaña de cartografía forma parte del proyecto BELICH del IEO-CSIC, financiado principalmente por fondos Next Generation del MITECO, y se realiza en cooperación con el proyecto GRASSREC, centrado en la recuperación de Cymodocea nodosa.