Durante los meses de verano, las playas y piscinas se convierten en destinos populares para refrescarse y combatir el calor. Sin embargo, el aumento de los ahogamientos ha llevado a los expertos a recomendar precauciones adicionales, especialmente debido a la posibilidad de que un infarto de miocardio sea la causa subyacente. Según el Informe Nacional de Ahogamientos (INA) de la Real Federación Española de Salvamento y Socorrismo, hasta el momento, el segundo trimestre de 2024 ha sido el peor desde 2015, con 79 muertes por ahogamiento accidental registradas en España.
Las piscinas y playas españolas suelen ser escenario de numerosos ahogamientos, muchos de los cuales están relacionados con eventos cardiovasculares como infartos de miocardio. En Murcia, por ejemplo, el 46% de las víctimas de ahogamiento sufrieron un fallo cardíaco mientras estaban en el agua, según datos de la Subdirección de Cartagena del Instituto de Medicina Legal. Las personas con antecedentes de enfermedades cardíacas, como la enfermedad coronaria, deben ser especialmente cautelosas y prestar atención a cualquier síntoma inusual durante sus actividades acuáticas, ya que un esfuerzo físico no controlado puede llevar a la pérdida de conciencia y, en consecuencia, al ahogamiento.
La doctora Leticia Fernández-Friera, impulsora del Movimiento Corazón de Mujer y fundadora de ATRIA Clinic, subraya la importancia de que los pacientes cardíacos sigan su medicación y estén atentos a posibles señales de alerta antes de realizar esfuerzos significativos. Recomienda acudir a un especialista ante cualquier malestar para prevenir complicaciones graves.
Además del riesgo de problemas cardíacos, el consumo de alcohol, común en verano, puede aumentar la probabilidad de ahogamiento y problemas cardíacos. El alcohol afecta negativamente al sistema cardiovascular y reduce la capacidad de respuesta, lo que puede resultar peligroso en el agua.
El Movimiento Corazón de Mujer enfatiza la importancia de conocer los síntomas clásicos de un infarto para actuar rápidamente. Estos incluyen:
- Dolor, presión y malestar en el pecho: Sensación de opresión o dolor en el centro del pecho, que puede extenderse al estómago.
- Dificultad para respirar: Falta de aire o respiración entrecortada, con o sin dolor en el pecho.
- Sudoración fría: Sudoración excesiva y fría, incluso en ambientes cálidos.
- Malestar general: Mareo, debilidad o desmayos.
- Cansancio extremo inusual: Más común en mujeres, que también pueden experimentar dolor en ambos brazos, espalda, cuello, mandíbula o estómago, junto con náuseas, vómitos y aturdimiento.
Para las personas con enfermedades cardiovasculares, es crucial realizarse un chequeo médico antes de participar en actividades acuáticas durante las vacaciones de verano. El especialista puede proporcionar recomendaciones personalizadas y consejos preventivos.
Como medidas de prevención, es esencial crear entornos seguros en playas y piscinas, con socorristas bien entrenados y equipos de primeros auxilios, incluidos desfibriladores automáticos externos (DAE). La educación sobre los riesgos y la capacitación en RCP también son fundamentales para prevenir incidentes. Además, se recomienda mantener una hidratación constante, seguir una dieta saludable, minimizar el estrés, usar ropa ligera y evitar cambios bruscos de temperatura.