Puerto de Huelva ha sacado a licitación pública las obras para la unión del muelle cargadero de mineral de la antigua compañía Río Tinto, con una inversión que supera los 700.000 euros. Las obras están programadas para comenzar a principios del próximo año y se estima que tendrán una duración de seis meses.
El proyecto consiste en la conexión de los dos tramos actuales del muelle en su nivel superior. Esto se logrará mediante la instalación de un tablero con dos vigas de celosía metálicas, apoyadas en dos nuevos pórticos de pilares cimentados con micropilotes. El pavimento del nuevo tramo estará compuesto por lamas de poliéster reforzado con fibra de vidrio (PRFV), similares a las ya existentes en el entorno del muelle. La barandilla será de bastidores verticales con redondos de unión y se complementará con un cristal de policarbonato para cumplir con las normativas de seguridad.
La iniciativa ha recibido el visto bueno de la Comisión Provincial de Patrimonio Histórico, dependiente de la Delegación Territorial de Turismo, Cultura y Deporte de la Junta de Andalucía. Este respaldo es crucial para la realización de un proyecto que busca recuperar una infraestructura clave de la ingeniería industrial del siglo XIX, reflejo de los orígenes mineros del puerto y de la influencia británica en la ciudad de Huelva.
El muelle embarcadero de la Compañía Río Tinto tiene una rica historia que se remonta a la venta de las minas de Riotinto a un grupo de financieros británicos liderados por Hugh Matheson en 1873. La compañía, denominada The Rio Tinto Company Limited, se convirtió rápidamente en una de las principales empresas mineras del mundo. Para facilitar el transporte de minerales, se construyó un ferrocarril que conectaba la mina con el puerto de Huelva, abarcando más de ochenta kilómetros. El muelle, diseñado por los ingenieros George Barclay Bruce y Thomas Gibson, y construido bajo la dirección de John Dixon, fue un hito en la ingeniería de hierro y un precursor de estructuras icónicas como la Torre Eiffel.
El muelle, operativo desde 1876, suspendió su actividad en 1975 después de haber embarcado aproximadamente 130 millones de toneladas de mineral, principalmente piritas. En los años sesenta, se desmanteló un tramo del muelle para satisfacer las demandas del tráfico rodado, consecuencia de la expansión industrial de la zona.
Dada su importancia histórica y cultural, el 18 de marzo de 2003, el muelle fue declarado Bien de Interés Cultural con la categoría de monumento.