El Puerto de Tarragona ha puesto en funcionamiento una nueva desaladora en el muelle de Rioja, con el objetivo de mejorar la gestión de recursos hídricos y promover la sostenibilidad de sus operaciones. Esta instalación, equipada con tecnología de osmosis inversa de dos membranas, tiene una capacidad de producción de 8 metros cúbicos de agua diarios. El agua producida se destinará principalmente a labores de mantenimiento, como la limpieza de viales y de la red de pluviales, incluyendo colectores y sumideros.
El volumen de agua que la desaladora puede suministrar, hasta 56 metros cúbicos semanalmente, es suficiente para cubrir las necesidades de mantenimiento del puerto. Esta iniciativa permite evitar el uso de agua potable de la red pública para estas actividades, contribuyendo así a una gestión más sostenible de los recursos hídricos.
El proyecto ha tenido un coste total de 39.200 euros, representando una inversión significativa en sostenibilidad para asegurar una gestión eficiente del agua en el puerto. La ejecución del proyecto, desde su contratación hasta su puesta en funcionamiento, ha sido completada en aproximadamente cuatro meses, demostrando la dedicación de la Autoridad Portuaria de Tarragona hacia la sostenibilidad y la eficiencia en el uso de recursos escasos como el agua.
En el futuro, el funcionamiento de la desaladora será 100% sostenible, ya que los 5 kW de potencia necesarios serán suministrados por placas fotovoltaicas ubicadas en la sala de bombas del sistema contra incendios de Rioja. Esta estación fotovoltaica está actualmente en fase de instalación.
La puesta en marcha de esta desaladora trae consigo varios beneficios significativos. En primer lugar, evita el uso de agua potable de la red para tareas de mantenimiento, lo cual es crucial en un momento donde la gestión sostenible del agua es una prioridad global. De esta manera, el Puerto de Tarragona contribuye a la conservación del agua potable para usos más esenciales, promoviendo una gestión más responsable de los recursos hídricos.
Además, la desaladora reduce el impacto ambiental de las operaciones portuarias. Al producir su propia agua para mantenimiento, el puerto disminuye su dependencia de las fuentes de agua dulce, las cuales están sometidas a presiones crecientes debido al cambio climático y el aumento de la demanda.