Investigadores de la Universidad de Cádiz logran monitorizar la basura marina mediante satélites

Un equipo liderado por Andrés Cózar ha desarrollado el mapa de contaminación marina más completo hasta la fecha

Investigadores de la Universidad de Cádiz, coordinados por Andrés Cózar del departamento de Biología, han logrado convertir la idea de monitorizar la basura marina mediante satélites en una realidad. Este trabajo ha sido publicado en la prestigiosa revista Nature Communications, destacando la creación del mapa de contaminación por basura marina «más completo que existe hasta la fecha».

Los satélites se han presentado como una herramienta prometedora para el seguimiento de la contaminación marina por plástico, aunque la cantidad de plástico en la superficie del mar rara vez es suficiente para generar una señal detectable desde el espacio. Por ello, es necesario que el plástico y otros residuos flotantes se agreguen en densas manchas, denominadas «regueros», para que los satélites actuales puedan detectarlas. Estos regueros, que suelen tener forma de filamento, surgen como resultado de las corrientes marinas en superficie.

La detección de estos regueros indica una alta contaminación en un lugar y momento concreto. Sin embargo, el uso de estas manchas dispersas y efímeras para desarrollar una misión espacial dedicada al seguimiento global de la contaminación por plástico planteaba dudas, ya que se desconocía si su abundancia era suficiente para crear mapas o revelar tendencias temporales.

El equipo de investigación, compuesto por multinacionales del sector espacial e institutos de investigación de seis países y financiado por la Agencia Espacial Europea (ESA), ha comprobado la utilidad de los regueros como indicadores de basura marina en el mar Mediterráneo. Utilizando una serie histórica de seis años de imágenes de satélite, han rastreado el mar Mediterráneo en busca de regueros de basura cada tres días a una resolución espacial de 10 metros. Han analizado unas 300.000 imágenes con los satélites Sentinel-2 del Programa Copernicus de la Unión Europea.

La automatización de esta tarea ha sido posible gracias al uso de superordenadores y algoritmos avanzados de búsqueda, permitiendo encontrar miles de regueros de basura, muchos de ellos de más de un kilómetro de longitud y algunos de hasta 20 kilómetros, suficientes para crear el mapa de contaminación por basura marina más completo hasta la fecha.

Las detecciones de basura con un satélite no especializado han permitido identificar las zonas con mayor contaminación del Mediterráneo y entender cómo cambian semanalmente y a lo largo de los años. Además, se ha descubierto que los regueros están principalmente asociados con emisiones de basura desde tierra ocurridas en los días anteriores, lo que los hace especialmente útiles para la vigilancia y gestión del problema.

Los autores han evaluado la efectividad de los planes de acción contra la basura en el río Tíber en Roma, han identificado focos de contaminación relacionados con el transporte marítimo a través del canal de Suez, y han utilizado observaciones por satélite para guiar las tareas de limpieza en aguas del golfo de Vizcaya.

La idea de monitorizar la contaminación marina por basura desde satélites se ha demostrado no solo factible sino también muy prometedora, con aplicaciones potenciales que van más allá del plástico, como la pérdida de carga en buques, los vertidos de petróleo, o las tareas de búsqueda y salvamento en el mar.

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