En el marco del Día Mundial de los Océanos, que se celebra este 8 de junio, Greenpeace ha criticado duramente la postura del Gobierno de España respecto a la protección de los océanos. La organización ecologista ha señalado la contradicción entre la imagen que el gobierno pretende proyectar y sus acciones concretas, especialmente en lo que respecta a la ratificación del Tratado Global de los Océanos de Naciones Unidas y la gestión de áreas protegidas.
Greenpeace ha insistido en la necesidad de proteger el 30 % de las aguas nacionales para 2030, en línea con las metas internacionales del Convenio de Diversidad Biológica (CDB). Aunque España ha incrementado la superficie marina protegida de un 12 % a un 20,9 % en 2024, gracias a la declaración de siete nuevos espacios protegidos en diciembre de 2023, la organización critica que muchos de estos espacios no cuentan con planes de gestión efectivos. Esto los convierte en “parques de papel” que no garantizan la conservación de los ecosistemas y la biodiversidad.
Los ecologistas también han destacado la importancia de lograr que al menos un 10 % de la superficie marina esté “altamente protegida”, es decir, libre de actividades extractivas y cualquier impacto sobre la biodiversidad. Esto permitiría la recuperación de los ecosistemas marinos y la biodiversidad.
Actualmente, dos barcos de Greenpeace, el Arctic Sunrise y el Witness, se encuentran en aguas españolas realizando labores de documentación y encuentros con la comunidad científica, el sector de la pesca artesanal y otras organizaciones en defensa de los mares.
Nuevas amenazas
A pesar de los avances en la conservación de los océanos, Greenpeace advierte sobre nuevas amenazas, como la minería submarina. Esta industria emergente, impulsada por empresas y gobiernos del norte global, busca extraer nódulos de metales de las profundidades marinas, lo que podría causar daños irreparables a ecosistemas clave.
Greenpeace trabaja activamente para generar un cambio en el modelo pesquero actual, promoviendo las artes de pesca artesanales y sostenibles, y abogando por una reducción de las emisiones de CO2. Las emisiones causadas por la pesca de arrastre de fondo son equivalentes a 370 millones de toneladas métricas de CO2, más del doble de lo que emite la industria pesquera a nivel mundial por el consumo de combustibles fósiles.
El Tratado Global de los Océanos
Un reciente informe de Greenpeace analiza cómo el Tratado Global de los Océanos puede mejorar la gestión de las aguas internacionales. La sobrepesca, gestionada por las Organizaciones Regionales de Ordenación Pesquera (OROP), ha aumentado casi ininterrumpidamente desde los años 70. En 2019, la sobrepesca alcanzó un máximo histórico del 35,4 % de todas las poblaciones de peces evaluadas.
El Tratado Mundial de los Océanos busca proteger la biodiversidad marina en alta mar y asegurar que las medidas de conservación se apliquen eficazmente. Los gobiernos deben actuar con urgencia para garantizar que el Tratado entre en vigor antes de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre los Océanos en junio de 2025.