La Autoridad Portuaria de Castellón ha realizado un simulacro de recogida y contención de una mancha de hidrocarburo procedente de un vertido desconocido en la dársena sur del puerto. Este ejercicio ha implicado la activación del Protocolo Interior Marítimo (PIM) y forma parte de las prácticas periódicas que la entidad lleva a cabo para estar preparada ante cualquier emergencia en el ámbito portuario.
El jefe de División de Seguridad Integral de PortCastelló, Luís Oria, ha destacado que este simulacro es fundamental para garantizar la capacidad de respuesta ante incidentes medioambientales y de seguridad en las aguas exteriores del puerto. Además del personal de la Autoridad Portuaria, en el ejercicio han participado miembros de Salvamento Marítimo (Sasemar) y Consulmar.
Durante el ejercicio, se desplegaron barreras de contención de vertidos de petróleo e hidrocarburos en aguas protegidas y abiertas. En concreto, se utilizó una barrera autoinflable de 400 metros, que se expande rápidamente con requisitos mínimos de personal, y una barrera autodesplegable de 150 metros, remolcable a alta velocidad. Estas barreras son esenciales para contener vertidos en diferentes condiciones marítimas, según explicó Inés López, responsable de Medio Ambiente de PortCastelló.
Activación del Protocolo Interior Marítimo
El simulacro consistió en la detección de hidrocarburos en aguas abrigadas y zona II, lo que activó el Protocolo Interior Marítimo (PIM). Esto implicó el despliegue de barreras de contención y la movilización del personal involucrado en las emergencias por contaminación.
El ejercicio tuvo varios objetivos clave: evaluar la capacidad de respuesta del PIM ante un vertido de hidrocarburo, comprobar la coordinación entre los distintos agentes implicados y validar los mecanismos y procedimientos de comunicación. Además, se evaluó la operatividad de la barrera de 150 metros remolcable para aguas abiertas y la barrera estibada en carretel giratorio localizada en la dársena sur.
Asimismo, el simulacro sirvió para verificar los tiempos de respuesta de los medios humanos y materiales ante una emergencia.