La Autoridad Portuaria de Baleares (APB) ha avanzado en su compromiso ambiental con la licitación de dos importantes proyectos destinados a instalar sistemas de conexión eléctrica a tierra, conocidos internacionalmente como cold ironing, en los puertos de Eivissa y Palma. Estos sistemas permitirán que los buques en amarre detengan sus motores y se conecten a la red eléctrica local, lo que se traduce en una notable reducción de la contaminación sonora y del aire.
El proyecto para el puerto de Eivissa cuenta con un presupuesto superior a los 6,1 millones de euros, mientras que la inversión en el puerto de Palma asciende a más de 2,8 millones de euros. Estas iniciativas son parcialmente financiadas por la Unión Europea, cubriendo un 40% del costo mediante los fondos NextGeneration, y se estima que las obras concluyan en un plazo de 12 meses.
Ambas instalaciones en Eivissa y Palma están diseñadas para proporcionar energía eléctrica tanto de media como de baja tensión a los buques, específicamente a los que atraquen en el Pantalán Sur del muelle del Botafoc y en el primer tramo exterior de los muelles Comerciales de Palma. Los puertos ya cuentan con preinstalaciones para los sistemas de cold ironing, lo que facilitará la ejecución de estos proyectos.
Además, la APB también está desarrollando proyectos similares en los puertos de Alcúdia y Maó. El sistema en Alcúdia, que actualmente está pendiente de adjudicación, tiene un presupuesto de 2,6 millones de euros. Por otro lado, el proyecto en Maó, que se encuentra en la etapa de recepción de ofertas tras su licitación en marzo, cuenta con un presupuesto de 3,4 millones de euros.
Con una inversión total de 14,9 millones de euros, la APB está liderando la implementación de sistemas de cold ironing en los puertos de Palma, Alcúdia, Eivissa y Maó, marcando un hito significativo en la reducción de la huella ambiental del sector marítimo en la región.
El primer sistema de cold ironing de España fue licitado por la APB en 2019 para el puerto de Palma, y tras pruebas exitosas, está próximo a operar regularmente. Esta instalación permite la conexión de buques de gran tamaño y está equipada con 275 metros de líneas subterráneas de media tensión, un centro de transformación y una subestación elevadora, asegurando una integración eficiente y sostenible con la infraestructura portuaria existente.