La planta de Bioenergía de Cepsa en San Roque ha llegado a valorizar el 99% de sus casi 800 toneladas de residuos generados en 2023, superando así en dos puntos porcentuales su gestión del año anterior. Este logro refleja el compromiso de Cepsa con la búsqueda continua de soluciones innovadoras en materia de valorización y proyectos de economía circular.
Dentro de las prácticas implementadas, Cepsa ha enfocado su estrategia en la reutilización de diversos residuos de la planta, como lodos de procesos, mezclas de metales, envases contaminados, pilas, equipos electrónicos y baterías. Estos son enviados a gestores de residuos autorizados para su transformación en nuevos productos, tales como piezas y componentes, materia prima para biodiesel y biogás.
En su camino hacia la minimización, reciclaje y valorización de 8000 toneladas de sus residuos operacionales para 2030, Cepsa ha incrementado la circularidad de 6390 toneladas de residuos en sus centros industriales de San Roque y Palos de la Frontera en 2023. Este avance representa un 73% más en comparación con el año anterior y ha contribuido a evitar la emisión de más de 3000 toneladas de CO2, equivalente a los residuos generados anualmente por una población de 12.000 habitantes.
Cepsa se enfoca en tres áreas clave de actuación en torno a la economía circular: agua, residuos y biodiversidad. En cuanto al agua, la empresa se ha propuesto reducir un 20% la captación de agua dulce en zonas de estrés hídrico para 2025. En términos de biodiversidad, promueve acciones para generar un impacto positivo en el entorno de sus proyectos renovables.
La compañía también se centra en reemplazar progresivamente las materias primas fósiles por fuentes renovables y recicladas. Un ejemplo de esta apuesta por la innovación es la exitosa operación de coprocesado de aceite de pirólisis de plástico reciclado en España, transformando plásticos de un solo uso en fenol y acetona circular.
Para 2030, Cepsa aspira a ser líder en la producción de biocombustibles de segunda generación en España y Portugal, utilizando residuos orgánicos, aceites usados de cocina y desechos agrícolas.