Durante el fin de semana del 16 y 17 de marzo de 2024, Médicos Sin Fronteras (MSF), a bordo del buque de rescate Geo Barents, fue testigo de dos incidentes en el Mediterráneo, donde la Guardia Costera libia, protagonizó acciones que pusieron en peligro la vida de cientos de migrantes. MSF exige a la UE y a sus Estados miembros suspender inmediatamente el apoyo financiero y material a la Guardia Costera libia y cesar las devoluciones forzosas a Libia.
El 15 de marzo, una patrullera de la Guardia Costera libia, donada por Italia, realizó una devolución en caliente en aguas internacionales, fuera de su jurisdicción, interfiriendo en las operaciones de rescate de MSF y Frontex. Un día después, otra patrullera obstruyó violentamente un rescate de MSF, amenazando al personal y a las 146 personas rescatadas. Además, una embarcación en peligro fue ignorada por la Guardia Costera libia durante diez horas.
Testimonios de supervivientes como Abdalle, de 22 años, e Idriss, de 40 años, resaltan la desesperación y el peligro enfrentado por los migrantes. Desde 2017, la UE e Italia han invertido al menos 59 millones de euros en la Guardia Costera libia para detener migraciones, favoreciendo devoluciones a Libia, donde los migrantes enfrentan abusos graves.
MSF exige el cese del apoyo a la Guardia Costera libia y una investigación sobre las expulsiones ilegales, particularmente la implicación de Malta y Frontex, además de reclamar la urgente revisión de las políticas de la UE en materia de migración y rescate marítimo.