La Autoridad Portuaria de la Bahía de Algeciras (APBA) se enfrenta a un importante desafío tras la reciente resolución negativa emitida por el Ministerio de Medio Ambiente respecto a la ampliación del puerto contemplada en el Plan Director de Infraestructuras que se viene desarrollando desde 2015. A pesar de esta decisión, el presidente de la APBA, Gerardo Landaluce, ha señalado que esta situación no cierra completamente las puertas a futuros desarrollos portuarios y que se buscarán nuevas fórmulas para llevar a cabo la expansión de forma sostenible.
El proceso de tramitación del nuevo plan director ha revelado posibles afecciones ambientales en distintos ámbitos, lo que ha llevado a la APBA a analizar, junto con Puertos del Estado, el alcance de la resolución. Esta colaboración busca definir una solución que atienda tanto a las necesidades de expansión del puerto como a las cautelas medioambientales planteadas.
En este contexto, el diálogo entre los distintos ministerios, como el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO) y el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (MITER), se vuelve fundamental para planificar y construir infraestructuras necesarias, teniendo en cuenta tanto la competitividad del puerto como el respeto al medio ambiente. Landaluce ha enfatizado la importancia de abordar «aspectos clave como las infraestructuras terrestres, el ferrocarril, los accesos, y la viabilidad medioambiental de los proyectos».
El puerto de Algeciras – siendo uno de los más importantes, no solo en el contexto nacional sino en el internacional – se enfrenta el reto de equilibrar su crecimiento y competitividad con la preservación del medio ambiente. El enfoque de la APBA se centra en la búsqueda de una planificación que permita diseñar un puerto del futuro, descartando la opción de un crecimiento cero, y asegurando que la zona continúe siendo un punto de referencia en el ámbito portuario.
La APBA debe, ahora, conciliar las demandas de desarrollo económico con las crecientes preocupaciones medioambientales, en un esfuerzo por garantizar un futuro sostenible.
Mientras tanto, las organizaciones ecologistas como Verdemar Ecologistas en Acción argumentan que el puerto de Algeciras puede reducir su impacto ambiental sin perder competitividad y piden terminar con el «divorcio» entre el puerto y la población del Campo de Gibraltar. Asimismo, señalan la necesidad de reevaluar proyectos como la «Mejora de Calado en el Ámbito del Mar de Isidro», que consideran innecesario y potencialmente perjudicial para importantes formaciones geológicas locales, como los «Flyschs» de Algeciras.
La Asociación Gaditana para la Defensa y Estudio de la Naturaleza (AGADEN), por su parte, expresa su satisfacción por el rechazo del plan, considerándolo un revés importante para las propuestas de expansión presentadas por la Autoridad Portuaria. Los conservacionistas resaltan que, a pesar de las medidas de mitigación propuestas por la APBA, la Dirección General ha determinado que no se pueden descartar afecciones significativas derivadas del desarrollo del plan.
La resolución actual subraya la importancia de equilibrar el desarrollo económico con la preservación ambiental y la salud y bienestar de la población. AGADEN EA insta a la APBA a buscar soluciones sostenibles que respeten el entorno natural y a considerar un enfoque de crecimiento cero para el puerto, en vista de la ya elevada presión de industrias y contaminación en la bahía de Algeciras.