El equipo de investigación del Centro Oceanográfico de Vigo, perteneciente al Instituto Español de Oceanografía (IEO, CSIC), ha llevado a cabo un estudio innovador utilizando la red social X (anteriormente conocida como Twitter) para analizar la biodiversidad de las costas españolas. Este enfoque pionero aprovecha las interacciones y los datos compartidos por los ciudadanos en las redes sociales, ofreciendo una alternativa rentable y eficaz para complementar los actuales programas de monitoreo de la biodiversidad marina.
La relevancia de este estudio radica en su contribución al desarrollo de políticas de conservación marina más efectivas. En un mundo cada vez más digitalizado, la información aportada por los ciudadanos en las redes sociales se convierte en una herramienta valiosa para comprender las interacciones humanas con el medio marino y para recopilar datos esenciales sobre la biodiversidad marina en tiempo real.
En su reciente publicación en la revista Ecological Informatics, el equipo liderado por Pablo Otero, investigador del grupo de oceanografía y basuras marinas del Centro Oceanográfico de Vigo, detalló el proceso de análisis de los contenidos publicados en la red social X desde su inicio en 2007 hasta 2022. Centrándose en mensajes que reportaban hallazgos en la costa, el estudio utilizó un algoritmo diseñado para identificar mensajes genéricos en los que los usuarios preguntaban sobre sus descubrimientos o afirmaban haber encontrado algo interesante.
De los aproximadamente 11.000 mensajes analizados, el estudio identificó aquellos relevantes para la biodiversidad costera. Se descubrió que la mayoría de las observaciones (21%) correspondían a animales gelatinosos, seguidas por avistamientos de peces (11%) y mamíferos marinos (11%). Este análisis permitió a los investigadores crear el primer mapa de biodiversidad costera basado en esta metodología.
Las conclusiones del estudio destacan la eficacia de esta técnica como una herramienta complementaria a los programas de monitoreo existentes. Esta metodología no solo es de bajo costo, sino que también permite estudiar la ocurrencia y variabilidad temporal de especies no autóctonas y sensibles. Asimismo, establece la base para un futuro sistema de alerta temprana en casos de eventos significativos como llegadas masivas de medusas a las costas o varamientos de cetáceos.