En el complejo siderúrgico de Acerinox en Palmones, ha comenzado la huelga convocada por el sindicato ATA y a la que se han sumado el resto de centrales sindicales, afectando a cerca de 2.000 empleados. Desde primeras horas se han concentrado los piquetes informativos a las puertas de la fábrica. La paralización de actividades responde a la falta de acuerdo en la negociación del nuevo convenio colectivo, una situación que ha provocado la suspensión temporal de operaciones en la empresa.
Una asamblea de trabajadores se llevó a cabo en las inmediaciones de la factoría, donde se reafirmó la decisión de impedir el acceso a las instalaciones. José Antonio Gómez Valencia, portavoz de ATA, sindicato convocante de la huelga, subrayó que las discrepancias en temas como el incremento salarial y los permisos para conciliación familiar han sido claves en este conflicto laboral.
Los trabajadores expresan su decepción ante lo que consideran una «oportunidad perdida» por parte de la dirección de Acerinox para alcanzar un acuerdo mutuamente beneficioso, evitando así la actual huelga. Entre los puntos de desacuerdo destacan las diferencias en las propuestas de incremento salarial: mientras el comité de empresa exige un aumento del 3% anual ajustado al IPC real hasta 2027, la dirección ofrece un aumento del 1,75% para los próximos tres años sin revisión anual basada en el IPC, añadiendo un incremento adicional del 0,5% por cada 35 millones de beneficios obtenidos.
La disputa se extiende también a las primas de producción, con el comité solicitando primas superiores a 650 euros (y un mínimo de 550 euros), en contraste con los 360 euros propuestos por Acerinox para 2024, y una cantidad algo mayor para los dos años siguientes. Asimismo, existen diferencias significativas en cuanto a la flexibilidad horaria, lo que añade más complejidad al conflicto.
La empresa Acerinox ha presentado en el Juzgado de los Social de Algeciras una demanda para que se declare la huelga ilegal.