Vincent Clerc, consejero delegado de Maersk, pronosticó que las disrupciones en el transporte marítimo mundial, provocadas por los recientes ataques a buques en el Mar Rojo, podrían extenderse varios meses. Durante su intervención en el Foro de Mercados Globales de Reuters en Davos, Clerc detalló las medidas adoptadas por Maersk y otras navieras importantes, consistentes en desviar sus buques comerciales hacia rutas alternativas alrededor de África, alejándolos del Mar Rojo. Estas acciones, según Clerc, conllevan tiempos de tránsito más prolongados y posibles interrupciones en las cadenas de suministro.
El índice mundial de contenedores de Drewry, una consultora marítima, ha registrado un incremento superior al doble en las tarifas de fletes desde diciembre. Paralelamente, las primas de seguros para envíos a través del Mar Rojo han experimentado un alza, en consonancia con el incremento de riesgos en la zona.
Este escenario ha generado inquietud en el sector bancario, con directivos expresando preocupaciones sobre posibles efectos inflacionarios que podrían influir en las políticas de tipos de interés.
Clerc resaltó la importancia crítica del estrecho de Bab al-Mandab, por donde transita aproximadamente el 20% del comercio mundial, describiéndolo como una arteria vital para el comercio y las cadenas de suministro globales, actualmente afectada por estas disrupciones.
La situación se agravó tras el ataque a un granelero de bandera maltesa y propiedad griega en el Mar Rojo. En respuesta, se ha formado una coalición liderada por Estados Unidos para proteger el tráfico comercial en la región.
Además, Estados Unidos y el Reino Unido han iniciado ataques aéreos contra objetivos militares hutíes en Yemen, en represalia por los ataques a la navegación. Estos ataques militares incluyen operaciones recientes llevadas a cabo por el ejército estadounidense.
Los hutíes, por su parte, han declarado que sus acciones son en solidaridad con los palestinos y han amenazado con extender los ataques a incluir buques estadounidenses. La situación continúa desarrollándose y su impacto en el comercio marítimo y las cadenas de suministro globales se monitorea de cerca.