El ferry eléctrico Cap de Barbaria de Balearia, en operación desde mayo entre Eivissa y Formentera, ha marcado un hito en la reducción de emisiones de CO2, disminuyéndolas en un 33% en comparación con el ferry Posidonia, al que ha sustituido. Este avance supone una disminución anual de aproximadamente 1.300 toneladas de CO2.
Este ferry, gracias a su propulsión eléctrica, no emite gases contaminantes durante las fases de aproximación, maniobra, amarre y estancia en los puertos de Eivissa y Formentera. Además, elimina las vibraciones y reduce significativamente la contaminación acústica, tanto en puerto como durante la navegación.
La experiencia de viaje en el Cap de Barbaria ha sido muy bien recibida por los pasajeros, con una valoración promedio de 8,8, la más alta de la ruta Eivissa-Formentera y la segunda en toda la flota de Balearia. Según encuestas de satisfacción, el ferry destaca en trato del personal y limpieza, superando la media de la flota en todos los aspectos.
Con capacidad para 390 pasajeros, el Cap de Barbaria ofrece en la cubierta superior una zona chill out con sofás y hamacas, un bar central, y actividades como sesiones de música con DJ y servicio de coctelería durante el verano. Para la comodidad de los viajeros, cuenta con ascensor entre las zonas de pasaje y garaje, cafetería interior y zona infantil.
Joan Serra, delegado de Balearia en Balears, subraya la contribución del ferry a un viaje ecoeficiente y sostenible, garantizando un servicio de calidad tanto para residentes como para el suministro de mercancías a la isla.
El Cap de Barbaria, con 82 metros de eslora y 15,5 de manga, puede alcanzar una velocidad de hasta 14 nudos y transportar hasta 240 metros lineales de carga, lo que equivale a aproximadamente 14 camiones. Su diseño double ended y la propulsión eléctrica azimutal de 360 grados facilitan la agilidad en las operaciones de carga y descarga. Además, está diseñado para operar en cualquier condición meteorológica, asegurando el suministro esencial a Formentera.
La financiación del buque incluyó la participación de los Fondos Next Generation de la Unión Europea, dentro del Mecanismo para la Recuperación y la Resiliencia (MRR).