La compañía alemana Hapag-Lloyd ha decidido continuar con el desvío de sus buques portacontenedores hacia el cabo de Buena Esperanza, en lugar de atravesar el mar Rojo, considerando la situación actual en la región como «demasiado peligrosa». Según un portavoz de la empresa, la decisión se mantiene pese a una evaluación constante de las circunstancias, y se espera una nueva reunión del comité de crisis de la compañía este viernes.
Las navieras CMA CGM y Maersk están actualmente en proceso de evaluar las condiciones de seguridad en el Canal de Suez, con el objetivo de incrementar el número de embarcaciones que utilizan esta importante ruta marítima. Estas evaluaciones se enmarcan dentro de las iniciativas multinacionales lideradas por Estados Unidos, buscando garantizar un tránsito seguro y eficiente por el canal.
CMA CGM ha informado que ya ha iniciado una evaluación detallada de la situación de seguridad en la zona. “Estamos en proceso de elaborar estrategias para incrementar de manera gradual el número de nuestros buques que pasan por el Canal de Suez. Mantenemos una vigilancia constante sobre la situación y estamos preparados para reajustar nuestros planes con rapidez según sea necesario”, declaró la empresa.
Por su parte, Maersk ha indicado que se está preparando para reanudar sus operaciones marítimas en el Mar Rojo y el Golfo de Adén. Esta decisión se toma en consideración al despliegue de una operación militar encabezada por Estados Unidos, que busca mejorar las condiciones de seguridad en la región.
En relación con los incidentes recientes, MSC ha reportado que su navío United VIII fue objeto de un ataque atribuido a los hutíes. Adicionalmente, un barco que navegaba cerca de la costa de Yemen reportó dos explosiones a bordo, tras detectar la presencia de dos drones. Estos sucesos subrayan la complejidad y el riesgo actual en la zona, lo que ha llevado a las compañías navieras a tomar medidas cautelares y reforzar sus protocolos de seguridad.