Un estudio reciente realizado por Boston Consulting Group (BCG) y SISTA está arrojando luz sobre la dinámica de género en el ecosistema de las start-ups en España. Contrariamente a la creencia común de que las fundadoras de start-ups prosperan principalmente al asociarse con hombres, las mujeres españolas están demostrando que pueden alcanzar un gran éxito tanto como emprendedoras solitarias como en colaboración con otras mujeres.
El estudio revela que las emprendedoras que se asocian con otras mujeres para crear una empresa obtienen un promedio de 1,7 millones de euros más en financiación en comparación con aquellas que forman equipos mixtos. Sin embargo, a pesar de estos avances, persiste una importante brecha de género en la creación de start-ups y en la obtención de financiación.
Las start-ups fundadas por mujeres representan solo el 8% de las empresas creadas, el 7% de las operaciones de financiación y el 4% de los fondos captados. Además, las mujeres tienden a crear start-ups en sectores específicos, como moda/bienestar, salud y cuidado de menores/educación. En cuanto a los fondos recaudados, las start-ups en el sector de la salud lideran con la empresa veterinaria Unavets, fundada por Junko Io Sheehan, que obtuvo una de las rondas de financiación más grandes de Europa por parte de una start-up fundada por una mujer, con 144 millones de euros.
Sin embargo, la financiación promedio para las empresas fundadas por mujeres sigue siendo baja, con un promedio de solo 1,9 millones de euros. Además, la representación de mujeres en el ecosistema de emprendimiento es limitada, y empeora en las fases de madurez y consolidación de las start-ups. Solo el 10% de las nuevas empresas creadas en 2022 fueron fundadas por mujeres, y solo una de cada cuatro start-ups tiene una mujer en el equipo fundador.
En cuanto a la financiación, menos del 20% de la financiación obtenida corresponde a start-ups con una mujer en el equipo fundador. Las start-ups con equipos formados exclusivamente por mujeres recaudan cuatro veces menos que las formadas exclusivamente por hombres. Esta brecha de género se agrava con el tiempo, multiplicándose por diez en promedio después de nueve años.
El estudio subraya la urgencia de abordar esta brecha de género en el ecosistema de emprendimiento y destaca la necesidad de acciones concretas para promover la igualdad de género. El informe recomienda la adopción de las directrices de la «Carta SISTA» como un marco global para que los inversores y las empresas de capital riesgo mejoren su compromiso con la igualdad de género, incluyendo la medición de la representación femenina y la promoción de políticas inclusivas.
La brecha de género en la creación de start-ups y la financiación es un desafío que requiere atención y acción inmediata, ya que estas empresas están moldeando el futuro económico y tecnológico. Las mujeres emprendedoras en España están demostrando su capacidad, y es fundamental crear un entorno que fomente su participación y éxito en este ecosistema.