Un equipo de investigadores del Instituto Español de Oceanografía (IEO, CSIC) ha logrado desarrollar un protocolo de cultivo larvario de cherna (Polyprion americanus), según se detalla en un estudio recientemente publicado en la revista Aquaculture. La investigación se enfocó en evaluar el éxito del cultivo de cherna bajo diversas condiciones y resaltó que la baja supervivencia y calidad de las larvas nacidas en cautiverio representan el principal desafío que actualmente limita el desarrollo de su cultivo comercial. Además, el estudio proporciona información valiosa sobre el desarrollo esquelético, las deformaciones observadas y su incidencia, lo que podría contribuir a mejorar el cultivo de esta especie.
El estudio se centró en la supervivencia y calidad de las larvas a lo largo de su desarrollo hasta los 70 días posteriores a la eclosión. Entre los resultados obtenidos, se destaca la alta fecundidad de la cherna, una baja tasa de eclosión y una alta incidencia de deformaciones.
Un hallazgo significativo fue la observación de que aproximadamente el 60 % de las larvas presentaba deformaciones en la boca, lo que parece ser la causa principal de la baja supervivencia. También se identificó un problema relacionado con el inflado de la vejiga natatoria, asociado a deformaciones en la columna vertebral, como la lordosis.
Es importante señalar que las larvas de cherna, al igual que muchas larvas de peces marinos, tienen un desarrollo inicial muy incipiente, lo que las hace susceptibles a cualquier factor de cultivo subóptimo y a la aparición de deformaciones esqueléticas.
En cuanto a las condiciones de cultivo, se observó experimentalmente que la temperatura durante la fase de alimentación endógena no parece estar relacionada con la alta incidencia de deformaciones en la boca o con la supervivencia. Sin embargo, la intensidad de luz sí tuvo un efecto claro en la supervivencia larvaria 20 días después de la eclosión.
Este estudio fue realizado en el Centro Oceanográfico de Vigo del IEO, que ha mantenido un stock de reproductores de cherna desde 2008. Estos trabajos han permitido establecer un protocolo de mantenimiento y maduración de reproductores en cautiverio y obtener las primeras puestas. En los últimos años, se han evaluado diversas condiciones y sistemas de incubación de huevos y cultivo larvario, sentando las bases para la producción futura de juveniles en cantidad y calidad suficientes para abastecer a empresas de engorde de manera comercial.
La cherna, conocida como ‘mero gallego’ o ‘mero de roca’, es una especie de gran porte con un rápido crecimiento y alto valor de mercado en la acuicultura. En cautiverio, los individuos pueden alcanzar los dos kilos de peso en aproximadamente un año, lo que la hace altamente atractiva en comparación con otras especies. Este estudio ha sido cofinanciado por la Unión Europea a través del Fondo Europeo Marítimo de Pesca (FEMP) en el marco del proyecto NEWSPEC.