El Puerto de Tarragona ha sido testigo de la llegada de una pieza singular en sus instalaciones. Se trata de un mástil diseñado para un velero con una longitud superior a los 60 metros y una botavara de 20 metros, proveniente de Nueva Zelanda, que hace escala en Tarragona antes de continuar su trayecto hacia su destino final.
Estas imponentes piezas, de gran envergadura, serán ensambladas en un velero exclusivo y poseen un significativo valor económico. La operación de descarga de todo el material se llevó a cabo en el muelle de Rioja y contó con la participación de Euroports como empresa encargada de la estiba, y Complete Marine Freight en calidad de agentes transitarios.
El Puerto de Tarragona ofrece condiciones óptimas para este tipo de operaciones, con amplias áreas al aire libre que facilitan la carga directa desde el muelle, así como extensas zonas operativas y personal especializado. Además, la región del Camp de Tarragona goza de condiciones climáticas que permiten el trabajo al aire libre durante todo el año, y cuenta con una industria auxiliar significativa, en combinación con el destacado clúster petroquímico de la zona, que es un punto de referencia para el sur de Europa.
El Puerto de Tarragona dispone de áreas operativas con una superficie total de 280,000 metros cuadrados, rampas RO-RO y una excelente accesibilidad tanto por carretera como por ferrocarril, lo que garantiza la logística necesaria para proyectos de esta naturaleza. Además, el calado de 16 metros de profundidad desempeña un papel crucial, ya que permite el atraque de embarcaciones especializadas diseñadas para transportar grandes cargas, que serían impracticables de trasladar en barcos convencionales de carga contenerizada.