Cepsa y Air Europa han formalizado una colaboración que implica la provisión de 14,4 toneladas de combustible sostenible de aviación (SAF, por sus siglas en inglés) por parte de la compañía energética a la aerolínea. El suministro se extenderá a lo largo de un año y tiene como objetivo cubrir los vuelos correspondientes a la ruta Madrid-La Habana, específicamente el primer vuelo mensual de dicha ruta. Este acuerdo establece un precedente en España, marcando la primera ocasión en la cual dos empresas se alían para un suministro regular de combustible sostenible destinado a una ruta aérea específica.
La duración de esta colaboración entre Cepsa y Air Europa conllevará una disminución estimada de aproximadamente 50 toneladas de dióxido de carbono (CO2) en emisiones. Esta reducción equivale al efecto de la plantación de 575 árboles.
Durante los vuelos operados en esta alianza, se utilizará un 2% de SAF en los tanques de combustible de las aeronaves. Esta iniciativa servirá como un test de anticipación a los objetivos establecidos por la Unión Europea en la iniciativa legislativa «ReFuelEU Aviation». Dicha iniciativa tiene como propósito principal impulsar la sostenibilidad en la industria aérea. Actualmente, no existe una obligación concreta de integrar SAF en los vuelos, no obstante, esta nueva regulación demandará que las aerolíneas europeas aumenten progresivamente la proporción de combustible sostenible en los años venideros, alcanzando un 2% en 2025, un 6% en 2030 y finalmente un 70% en 2050.
El CEO de Air Europa, Jesús Nuño de la Rosa, destaca que este acuerdo se ajusta a los compromisos sostenibles del Plan Estratégico 2023-2025 de la aerolínea. Además, la utilización de este combustible en la ruta hacia La Habana subraya el rol estratégico de la compañía en la conectividad aérea con América.
Por su parte, Tobi Pardo, director de Aviación de Cepsa, ha expresado la satisfacción de la empresa por haber alcanzado un acuerdo de esta naturaleza. Pardo enfatizó que estas iniciativas son esenciales para avanzar en una aviación más respetuosa con el medio ambiente. También subrayó la colaboración con Air Europa en su compromiso con la descarbonización del transporte aéreo, y su contribución a la consolidación de España como referente en turismo sostenible.
Cepsa produce este biocombustible de segunda generación (2G) en su Parque Energético La Rábida, en Palos de la Frontera (Huelva). La producción se basa en residuos orgánicos y aceites usados de cocina. Estos biocombustibles de segunda generación no solo pueden reducir las emisiones de los aviones en hasta un 90% en comparación con el queroseno convencional, sino que también fomentan la economía circular al aprovechar residuos que, de otro modo, serían destinados a vertederos.
Dentro de su estrategia Positive Motion, Cepsa aspira a liderar la producción de SAF en España y Portugal. Se proyecta una capacidad de producción anual de 800.000 toneladas en 2030, cantidad suficiente para abastecer el equivalente a 2000 vueltos alrededor del planeta. En línea con este enfoque, Cepsa ha comenzado la comercialización de SAF en los aeropuertos de Madrid, Barcelona, Palma de Mallorca y Sevilla, los cuales reciben anualmente a más de 133 millones de pasajeros. Con este paso, Cepsa se convierte en la primera entidad que proporciona biocombustible 2G de manera continua en cuatro de los aeropuertos más importantes de España.
Para asegurar el suministro de SAF a sus clientes, Cepsa tiene planes de desarrollar la mayor planta de biocombustibles de segunda generación en el sur de Europa. En colaboración con Bio-Oils, la inversión en esta instalación ubicada en Palos de la Frontera (Huelva) podría alcanzar los 1000 millones de euros. La planta, con inicio previsto para 2026, tendría una capacidad de producción flexible de 500.000 toneladas de SAF y diésel renovable.
En concordancia con este acuerdo, Air Europa avanza en sus objetivos de descarbonización mediante innovación sostenible. La aerolínea lidera el uso regular de SAF en su flota de B787 Dreamliner, una de las más eficientes en el mercado, con la capacidad de reducir tanto las emisiones como el consumo de combustible en un 20%.