El equipo técnico de la Consejería de Sostenibilidad, Medio Ambiente y Economía Azul, junto con la agencia Amaya, han llevado a cabo la liberación de cinco ejemplares de tortugas bobas en la playa de Bolonia, después de que se recuperaran con éxito en el Centro de Gestión del Medio Marino (Cegma) de Algeciras.
Con esta liberación, el total de tortugas devueltas a su hábitat natural en distintos puntos de la costa andaluza en lo que va de año asciende a 15, según informó la Junta de Andalucía.
La primera tortuga, «Lush», ingresó en el Cegma el 18 de junio después de ser rescatada en la Bahía de Algeciras en el contexto de un estudio de investigación realizado por la entidad Seashore. El ejemplar presentaba problemas para flotar y no reaccionaba a estímulos ni amenazas. Tras unos días en cuidados, la tortuga ha sido considerada apta para regresar a su medio natural.
La segunda tortuga, «Aurorita», fue ingresada el 11 de abril con apenas cinco kilos de peso. Fue rescatada por la embarcación «Joven Aurorita» de Sanlúcar de Barrameda y tenía una herida de gran tamaño, además de diversas lesiones en el cuerpo y problemas respiratorios. Durante su recuperación, ganó tres kilos y se encuentra en buen estado.
La tercera tortuga, «Locomía», quedó atrapada en redes de pesca de cerco y fue ingresada el 4 de julio en el Cegma de Algeciras, donde se ha recuperado satisfactoriamente.
«Saray», la cuarta tortuga, también fue atrapada en redes de pesca de arrastre y llegó al Puerto de Sanlúcar de Barrameda con 65 kilos de peso. Presentaba un corte profundo en el pectoral izquierdo y había padecido conjuntivitis. Después de su recuperación, fue liberada este viernes en la playa de Bolonia.
El último ejemplar liberado, «Macario», ingresó en el Centro de Gestión del Medio Marino el 24 de abril. La embarcación «Macario» lo llevó al puerto de Sanlúcar desde artes de pesca menores. Presentaba debilidad corporal, deshidratación y úlceras de gran tamaño. Una característica especial de este ejemplar es que tiene diferencias notables con las tortugas bobas habituales, con un pico más afilado y una coloración de los escudos del caparazón que se asemeja a las tortugas carey. Los técnicos sugieren que podría ser un ejemplar híbrido de ambas especies.
En el último año 2022, el Centro de Gestión del Medio Marino atendió a 42 ejemplares de tortugas bobas, proporcionándoles cuidados veterinarios para su posterior liberación en su hábitat natural, en el marco de un programa de protección de esta especie en peligro de extinción.
En los primeros seis meses del año 2023, un total de 14 tortugas bobas han sido ingresadas en el Centro de Gestión del Medio Marino de Algeciras. Desde 2008 hasta 2022, ingresaron un total de 295 tortugas marinas vivas que aparecieron varadas a lo largo de la costa andaluza.
Los científicos responsables han alertado sobre el aumento exponencial de la presencia de basura marina, que ha sido defecada por más del 80% de los ejemplares ingresados. La presencia de basura en tortugas marinas es una preocupación creciente, con un aumento significativo observado en los últimos años.