Con la difícil misión de hacer competencia a la compañía Trasmediterránea en la ruta marítima entre Ceuta y Algeciras, se implantó la naviera Isleña de Navegación S.A. en la zona del Estrecho. Su llegada suponía romper el monopolio existente en un trayecto que utilizaban miles de pasajeros diariamente, gracias principalmente al reclamo de los bazares ceutíes.
La compañía ‘ISNASA’ creada en 1971 por el empresario mallorquín, José Alzina Ferragut, comenzó a operar entre Mallorca e Ibiza con una línea entre Cala Rajada y Ciutadella. Supuso una importante revolución en el sector del transporte marítimo porque apostó por la utilización de buques de alta velocidad, adquiriendo los hidroalas ‘Princesa de las olas’ y ‘Reina de las olas’. Fabricados en Noruega (Astillero Westermoens Mandal) los barcos contaban con una eslora de apenas 38 metros, pero con capacidad para unos 200 pasajeros y 8 vehículos. Posteriormente se incorporó una nueva línea entre Palma y Valencia. El alto coste del mantenimiento técnico de los hidroalas (la salinidad del agua exigía constantes revisiones), unido a que las rutas no tuvieron la demanda esperada, provocaron la supresión de las mismas. Sin embargo, el propietario de la naviera Isleña de Navegación S.A. no renunció a su proyecto de unir los puertos de Cala Rajada y Ciutadella. Tras desprenderse de los dos buques rápidos, adquirió un nuevo barco tipo ferry, que fue bautizado con el nombre de ‘Menorca’. El buque, construido en los Astilleros y Talleres de Celaya (Bilbao), contaba con una eslora de 41,20 metros y una manga de 6,71 metros, pudiendo alcanzar una velocidad de 16 nudos y transportar a 200 pasajeros. El ‘Menorca’ no contaba con garaje. Tras el acto de entrega del buque al armador D. José Alzina, el barco puso rumbo a Cala Ratjada (el que sería su puerto base), haciendo escalas en los puertos de Vigo y Ceuta (para tomar combustible). Durante el verano de 1972, el ‘Menorca’ cubría diariamente la línea Ciutadella-Cala Ratjada, haciendo otros dos viajes semanales entre los puertos de Ciutadella y Alcúdia. Tras la época estival, las inclemencias del tiempo obligaban a cancelar de forma frecuente las salidas, por lo que se decidió suspender la línea.
Incorporación a la ruta del Estrecho
Ante esta situación, la naviera ‘ISNASA’ buscó otras alternativas y solicitó autorización para operar en la zona del Estrecho de Gibraltar, uniendo los puertos de Ceuta y Algeciras. Tras obtener los pertinentes permisos por parte de la Dirección General de Navegación, el 28 de abril de 1973, comenzó a operar en Ceuta con el buque ‘Menorca’. Para adaptarse a las normativas vigentes en ese momento, fue necesario realizar algunos cambios en el barco. Los botes salvavidas fueron sustituidos por balsas y se le incorporó un pescante giratorio para, en caso necesario, descolgar una lancha de emergencia. El ‘Menorca’ arribó al puerto ceutí un día antes de su entrada en servicio en la línea entre Ceuta y Algeciras. Con la presencia, entre otros, del vicepresidente de la naviera, José Moreno Reyna, el barco fue presentado a los medios de comunicación del Campo de Gibraltar y Ceuta. Ese mismo día, el ‘Menorca’ regresó al puerto de Algeciras, su puerto base, y desde donde comenzaría a operar al día siguiente. El consejero de Administración de ‘ISNASA’, José Alzina Ferragut mantuvo sendos encuentros –a modo de presentación- con el alcalde de Ceuta, Alfonso Sotelo, y con el comandante militar de Marina, Manuel Cumbre.
REVOLUCIÓN
La implantación de la compañía Isleña de Navegación S.A. suponía una importante revolución en la línea marítima del Estrecho porque, entre otros motivos, se duplicaban las rotaciones, ya que Trasmediterránea -hasta entonces única naviera que operaba entre Ceuta y Algeciras- efectuaba dos viajes de ida y vuelta al día. ‘ISNASA’ programó dos rotaciones diarias, aunque podía efectuar una tercera, si la demanda de pasajeros lo requería. Poco después, aumentaría a tres el número de salidas. La tripulación estaba compuesta por un total de 16 personas, entre las que se encontraban –era una auténtica novedad en la zona del Estrecho- cuatro azafatas.
La implantación de la compañía Isleña de Navegación S.A. suponía una importante revolución en la línea marítima del Estrecho
Años después, ‘ISNASA’ incorporaba a su flota los buques ‘Baleares’ e ‘Isla de Mallorca’, aunque este último sólo estuvo operando en la línea entre Ceuta y Algeciras durante los meses de verano de 1975. Se trataba de barcos ‘gemelos’, aunque el primero de ellos fue construido en los astilleros Celaya, y el segundo en los astilleros de Mallorca. Contaban una eslora de 69,74 metros; una manga de 11,61 m y un calado de 6,41 metros. Podían alcanzar una velocidad máxima de 18,5 nudos.
En 1977, según un artículo escrito por Antonio Terremocha en el diario ‘Europa Sur’, ‘ISNASA’ llegó a realizar, en la ruta marítima Ceuta-Algeciras hasta diez viajes de ida por otros diez de vuelta diarios, utilizando el ‘Menorca’ y los gemelos ‘Baleares’ e ‘Isla de Mallorca’.
A mediados de la década de los años 70, la compañía ‘Isleña de Navegación S.A.’ sufría una importante crisis económica que provocó que le fueran embargados algunos barcos de su flota.
Nueva etapa
Con la llegada de nuevos inversores, la naviera logró sobrevivir a la grave situación económica en la que se encontraba. El empresario Victoriano Sayalero y Juan Luis Bandrés (anteriormente delegado de ‘ISNASA’ en la región de Estrecho) se convertían en los principales accionistas de ‘Isleña de Navegación S.A.’.
En 1979 (aunque otras fuentes señalan que fue en 1978) ‘ISNASA’ reforzó la línea del Estrecho con la incorporación del barco ‘Emsland’. Construido en el astillero Usuki (Japón), operó bajo la bandera de la compañía alemana AG Ems & Schiffarts KG. En aquella época, la naviera ‘Isleña de Navegación S.A.’ era cuestionada por sobrepasar el número de pasajeros permitidos. Aquella práctica fue denunciada en las páginas de ‘Sábado Gráfico’, revista que publicó un reportaje titulado ‘Ataúdes flotantes cruzan el Estrecho’ firmado por Juan José Téllez y Alfonso Domingo.
A partir del año 1980, se produjo un importante avance en el transporte marítimo en la zona del Estrecho, ya que ‘ISNASA’ incorporó progresivamente hasta cuatro nuevos barcos: ‘Bahía de Ceuta’, ‘Punta Europa’, ‘Bahía de Málaga’ y ‘Bahía de Cádiz’. Los dos primeros fueron construidos en el astillero ‘Hijos de J. Barreras’ (Vigo) y los dos restantes en los ‘Astilleros de Santander’ (ASTANDER). Se trataban de ferrys de similares características y con un diseño innovador en aquella época.
El ‘Bahía de Cádiz’, según una publicación de la web puentedemando.com, entró en servicio el 31 de julio de 1980 en las líneas Algeciras-Ceuta y Algeciras-Tánger. Meses después, comenzaba a operar el ‘Bahía de Ceuta’, barco que permaneció alternando ambas rutas hasta 1995, año en el que fue fletado por ‘Flebasa Lines’. Posteriormente fue adquirido por la naviera ‘Euroferrys’ y durante algún tiempo estuvo cubriendo la travesía Ceuta-Algeciras.
Pool del Estrecho
En 1985, Trasmediterránea e Isleña de Navegación firmaron un acuerdo por el cual se estableció un pool en la zona del Estrecho. Ambas navieras anunciaron, en el año 1989, la ruptura del convenio. ‘El País’ (27-05-1989) publicó que “altos directivos de ambas empresas se han cruzado acusaciones mutuas de incumplimiento de contrato”. Según la citada información, la compañía Trasmediterránea acusó a Isleña de Navegación de contravenir “el acuerdo al excederse el pasado miércoles en pedir 2,5 millones de pesetas por fletar un transbordador que había solicitado la naviera estatal”.
Por su parte, el presidente de ‘ISNASA’, Victoriano Sayalero, denunciaba “el mal estado en que se encuentran los barcos destinados por Trasmediterránea en el puerto de Algeciras y sus traslados constantes a otros puertos del litoral peninsular para cubrir rutas distintas a las del estrecho de Gibraltar”. El máximo dirigente de la compañía Isleña de Navegación afirmaba que «mientras exista esa desigualdad es imposible seguir con nuestro convenio». De este modo, se ponía punto y final al pool establecido cuatro años antes.
Trágico desenlace
Aunque en la década de los años 80 los problemas económicos fueron constantes, ‘ISNASA’ llegó a contar con una plantilla de 400 trabajadores, asentándose en la zona del Estrecho (donde compartía el pool del transporte marítimo con la compañía Trasmediterránea) y manteniendo diferentes líneas entre las Islas Baleares y la Comunidad Valenciana.
En 1988, el consejero y director general de ‘Isleña de Navegación S.A.’ en Algeciras, Juan Luis Bandrés fue asesinado tras recibir tres impactos de bala en su propio despacho. Según publicó la prensa de la época, el autor de los disparos fue un antiguo trabajador de la empresa.
Alta velocidad
Los problemas económicos no cesaban en la naviera ‘ISNASA’, pero en el año 1990, la compañía incorporó a su flota dos buques de alta velocidad para cubrir la línea Ceuta-Algeciras. Sin dejar de operar con los barcos convencionales, ‘Isleña de Navegación S.A.’ adquiría los catamaranes ‘Caribbean Princess’ y ‘Bahamian Princess’, barcos pertenecientes a la empresa ‘Viking Express Ltd’ y que estaban navegando en el Caribe. Fueron rebautizados como ‘Sevilla noventa y dos’ y ‘Rápido de Algeciras’. Se creó la línea denominada ‘ISNASA’ Express’. Estos catamaranes, que sólo transportaban pasajeros, realizaban la travesía en poco más de media hora, recortando considerablemente el tiempo de trayecto entre los puertos de Ceuta y Algeciras. La alta velocidad no suponía una novedad en la línea marítima del Estrecho, puesto que Trasmediterránea ya contaba con los hydrofoils, pero los catamaranes contaban con una mayor capacidad (320) de pasajeros.
Interrupción del tráfico de pasajeros
En marzo de 1992 se inició un conflicto laboral entre los dirigentes de ‘ISNASA’ y los representantes sindicales. Según publicaba la prensa de la época, el motivo de dicho conflicto laboral fue el despido de 24 trabajadores “por negarse a hacer viajes extraordinarios”. Tras varios días de negociación, se convocó una huelga que obligó a la cancelación de las salidas previstas. Uno de los momentos de más tensión se vivió el 20 de abril cuando trabajadores de la naviera y representantes de CCOO y UGT se lanzaron al agua para evitar la salida de un buque de la propia compañía. La situación se volvió a repetir posteriormente. También fue necesaria la intervención de la Guardia Civil, al intentar trabajadores de ‘ISNASA’ y sindicalistas, frenar una rotación extraordinaria por parte del ‘Ciudad de Zaragoza’ de la naviera Trasmediterránea. Hubo, incluso, detenidos. El conflicto laboral se alargó en el tiempo, ya que no se alcanzó un acuerdo hasta el mes de julio. Anteriormente, se organizó una marcha de nueve días, a pie, hasta Sevilla.
Nuevo barco
Pese a los problemas económicos, en 1994, encargó a ‘Astilleros de Huelva’ la construcción de dos ferrys. Uno de ellos fue el ‘Manuel Azaña’, barco que contaba con un puente central (panorámico de 360 grados) y un tanto atípico, ya que el proyecto inicial fue modificado al contar con la aprobación por parte de la Dirección General de la Marina Mercante. Entró en servicio en julio de 1995 en la línea Algeciras-Ceuta. Dos años después fue vendido a ‘Flebasa Lines’, compañía de la que el presidente de ‘ISNASA’, Victoriano Sayalero, poseía el 80% de su capital. Fruto de los graves problemas económicos, ‘Isleña de Nagevación S.A.’ tuvo que liquidar parte de su flota, presentando inevitablemente la solicitud de suspensión de pagos. Fueron embargados algunos buques. Los sindicatos demandaron la intervención del Estado y la Autoridad Portuaria Bahía de Algeciras reclamó la inmovilización de los barcos de ‘ISNASA’ ante la importante deuda que tenía la naviera. Posteriormente, se ordenó la citada inmovilización. Fue nombrado un administrador judicial, produciéndose finalmente la quiebra de ‘ISNASA’. La deuda ascendía a 3.000 millones de las antiguas pesetas. El cierre de la compañía afectó a un importante número de trabajadores. Se entablaron arduas negociaciones para evitar su despido, hasta que se alcanzó un acuerdo para que la plantilla de ‘ISNASA’ -o parte de ella- fuese recolocada en la recién constituida naviera ‘Euroferrys’. Según publicaba ‘El Faro de Ceuta’ en su edición del 6 de junio de 1998, la nueva compañía había absorbido a un total de 96 operarios de la ya desaparecida ‘Isleña de Navegación ‘S.A.’. 53 correspondían a personal de flota, y el resto de Tierra, tanto de la plantilla de Ceuta como de Algeciras. Años después, aún continuaban las reclamaciones judiciales por parte de algunos trabajadores y ex trabajadores.