Dos estudios recientes realizados por científicos del Centro Oceanográfico de Baleares del Instituto Español de Oceanografía (IEO, CSIC) sugieren que las poblaciones de tiburones y rayas en las Islas Baleares muestran signos de estabilidad e incluso recuperación, a pesar de que su estado de conservación en el Mediterráneo ha empeorado considerablemente en las últimas décadas.
El primer estudio analiza las tendencias entre 2002 y 2022 de nueve indicadores desarrollados en el marco de la Directiva Marco de la Estrategia Marina para evaluar el estado de conservación de la comunidad de elasmobranquios en las Islas Baleares. Se examinaron las tendencias de 19 especies de tiburones y rayas de fondo que habitan entre 50 y 800 metros de profundidad, utilizando los datos recopilados en campañas oceanográficas del programa MEDITS.
Los resultados revelan que entre el 30% y el 50% de las poblaciones muestran tendencias positivas. Esto es especialmente cierto en términos de área de distribución, abundancia y biomasa de rayas. Incluso algunas especies catalogadas como vulnerables o en peligro, como la musola (Mustelus mustelus) o la raya blanca (Rostroraja alba), muestran tendencias claramente crecientes para algunos de los indicadores evaluados, lo cual se atribuye a una disminución en la intensidad de la pesca en las Baleares.
El segundo estudio utiliza nuevos modelos de producción para analizar los datos de las campañas MEDITS junto con los registros históricos de capturas en la lonja de Palma. Este estudio muestra que la biomasa de la raya de clavos (Raja clavata), la especie de raya de mayor importancia comercial en el Mediterráneo, ha experimentado un fuerte declive en las Islas Baleares desde el inicio del desarrollo industrial de la pesca de arrastre. Sin embargo, en los últimos 10 años se ha observado una disminución del esfuerzo pesquero sobre esta especie y una recuperación de su biomasa en el área de estudio, aunque aún no es suficiente para considerar que la especie está siendo explotada de manera sostenible.
Además, este estudio utiliza métodos genéticos innovadores para analizar el estado de conservación de la especie, como la diversidad genética en el ADN mitocondrial. Los resultados muestran niveles muy bajos de diversidad genética, probablemente debido a los altos niveles de explotación histórica. Aunque la población actual muestra signos de recuperación, la recuperación de la diversidad genética es un proceso mucho más lento.
Los tiburones y las rayas son animales de crecimiento lento, alcanzan la madurez sexual tardíamente y tienen una baja tasa de reproducción, lo que los hace especialmente vulnerables a la sobreexplotación. Representan una parte importante de las capturas accidentales de la pesca de arrastre en el Mediterráneo, pero la mayoría de ellos no son desembarcados. Como resultado, más de la mitad de los tiburones y rayas del Mediterráneo están amenazados por la explotación pesquera, y el 43% de las especies están clasificadas como «en peligro» o «en peligro crítico» en la lista roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza. Las poblaciones de tiburones y rayas están colapsando a nivel mundial.