La energética española, Cepsa, ha comenzado a comercializar combustible de aviación sostenible (SAF) en cuatro aeropuertos principales en España, incluyendo Madrid, Barcelona, Palma de Mallorca y Sevilla, por los que anualmente transitan más de 133 millones de pasajeros, representando el 55% del tráfico de pasajeros del país. Este logro sitúa a Cepsa como la primera empresa en ofrecer biocombustible para aviación de manera permanente en estos aeropuertos clave.
Produciendo este combustible en su Parque Energético La Rábida en Huelva, Cepsa utiliza residuos orgánicos como aceites de cocina usados y deshechos agrícolas. Este tipo de biocombustibles de segunda generación pueden reducir las emisiones de los aviones hasta en un 90% en comparación con el queroseno convencional y fomentan la economía circular, al ser producidos a partir de residuos que de otro modo acabarían en vertederos.
La energética está consolidando su propósito de convertirse en un referente en el sector de las energías limpias y liderar la descarbonización del transporte aéreo. La iniciativa se produce meses después de que Cepsa suministrara combustible sostenible para más de 200 vuelos en el Aeropuerto de Sevilla, un hito que fue el primero de su tipo en el sur de Europa y que se benefició de una trazabilidad certificada por el sistema ISCC EU.
Este avance de Cepsa contribuye a las medidas Fit for 55 de la Comisión Europea, y apoya varios de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030. Como parte de su estrategia Positive Motion, Cepsa aspira a liderar la producción de SAF en España y Portugal, con una capacidad de producción anual de 800.000 toneladas en 2030.
Para asegurar el suministro de SAF, Cepsa planea desarrollar la mayor planta de biocombustibles de segunda generación del sur de Europa, con una inversión de hasta 1000 millones de euros. Esta planta estará operativa en 2026 y contará con tecnología de punta para la producción de biocombustibles, así como los últimos avances en inteligencia artificial, internet de las cosas y análisis de datos.
Finalmente, Cepsa se ha propuesto metas ambiciosas para reducir sus emisiones, con el objetivo de disminuir sus emisiones de CO2 (alcance 1 y 2) en un 55% para 2030 en comparación con 2019 y aspira a alcanzar cero emisiones netas en 2050.