La Agencia Pública de Puertos de Andalucía (APPA) está tomando medidas para garantizar la seguridad de sus instalaciones mediante la instalación de unidades de desfibriladores externos automatizados (DEA). Hasta ahora, los puertos de Isla Cristina, El Terrón, Punta Umbría, Mazagón, Chipiona, Sancti Petri y Roquetas de Mar ya cuentan con estos dispositivos, uniéndose a Ayamonte, Rota, Barbate, Caleta de Vélez, Adra y Garrucha, que ya disponían de ellos.
La Parada Cardiorrespiratoria (PCR) representa la tercera causa de muerte en países occidentales, y España no es una excepción, con más de 24.000 casos anuales, de los cuales más del 90% ocurren fuera de los entornos sanitarios, en hogares y espacios públicos.
Cada minuto de demora en actuar disminuye en un 10% las posibilidades de supervivencia del paciente afectado por una parada cardiorrespiratoria. Por lo tanto, una respuesta rápida y adecuada, incluyendo la desfibrilación eléctrica precoz, podría aumentar las tasas de supervivencia en tres de cada cuatro casos. En consecuencia, la intervención de personas presentes en el momento del paro cardíaco se vuelve fundamental.
El Desfibrilador Externo Automatizado (DEA) permite que personas con una formación y entrenamiento mínimos puedan llevar a cabo desfibrilaciones debido a sus características de funcionamiento y seguridad. Al no requerir un diagnóstico clínico previo, el DEA es adecuado para ser utilizado por personas sin formación médica.
Además, la Agencia Pública de Puertos de Andalucía se encuentra activamente involucrada en el programa de Bandera Azul de la Asociación de Educación Ambiental y del Consumidor. Como parte de este programa, la instalación de un DEA en los puertos candidatos a recibir este reconocimiento es uno de los requisitos cumplidos por la agencia.
Estos equipos, con un peso inferior a cuatro kilogramos, son resistentes al polvo y al agua. Además, deben contar con características como onda bifásica, metrónomo, modo pediátrico, conectividad, mensajes de voz e indicadores luminosos que guían durante el proceso de reanimación cardiopulmonar (RCP). Incluyen parches para adultos, bolsa de transporte y batería desechable con una duración mínima de tres años.