Róterdam, el gigante portuario de los Países Bajos y el mayor de Europa, está navegando en dirección a la descarbonización y a la economía verde a un ritmo decidido. Una vez conocido por tener la mayor cantidad de tanques de almacenamiento de gas natural en Europa, el puerto se propone ahora ser el epicentro de la producción y distribución de hidrógeno verde en el continente. Con una meta ambiciosa de albergar una capacidad de 2,5 GW de electrolizadores, Róterdam está decidido a reinventarse.
El puerto está trabajando para convertirse en el nexo de un ecosistema de hidrógeno verde. Esto incluye la instalación de parques eólicos en el Mar del Norte, con una capacidad de 7,4 GW, y a lo largo de sus costas, que generarán casi 700 MW. Róterdam planea también la producción de hidrógeno verde con plantas de electrolizadores capaces de producir 40 GW, además del desarrollo de terminales de importación de hidrógeno e infraestructuras de transporte.
En octubre pasado, Cepsa firmó un acuerdo con el puerto holandés para establecer una ruta marítima de hidrógeno verde entre España y Europa. Con este pacto, Cepsa se une a la nueva terminal de importación para suministrar amoniaco verde e hidrógeno desde Andalucía, que se utilizará como combustible. La compañía española está desarrollando una capacidad de 2 GW de hidrógeno verde en sus dos parques energéticos de Andalucía, como parte de su estrategia 2030, Positive Motion, “para convertirse en líder en movilidad sostenible y producción de hidrógeno renovable y biocombustibles de segunda generación”. Las dos plantas de hidrógeno, que supondrán una inversión de 3.000 millones de euros, formarán parte del Valle Andaluz del Hidrógeno Verde, el mayor hub de este tipo en Europa.
Las dimensiones de la estrategia del Puerto de Róterdam y su hinterland son impresionantes. En 42 kilómetros que se extienden a lo largo de la desembocadura del río Rin, el puerto cuenta con cuatro grandes refinerías de petróleo, 45 industrias petroquímicas, cuatro refinerías de aceite vegetal y tres plantas de biofuel. Empleando a más de medio millón de personas, entre trabajo directo e indirecto, el puerto se erige como la puerta de entrada a un mercado que abastece a 440 millones de consumidores con 30.000 buques que llegan al puerto por mar y más de 100.000 barcos fluviales. Toda esta actividad representa el 8,2% del PIB de los Países Bajos.
Ruta hacia la descarbonización
El puerto se ha propuesto una meta desafiante de reducir sus emisiones de CO2 en un 55% para 2030, y ser neutro en carbono para 2050. El 13% de toda la energía consumida en la Unión Europea depende de los combustibles, en particular el gas natural, que pasa por el Puerto de Róterdam.
El hidrógeno verde producido en las plantas de electrolizadores del puerto será la clave para alcanzar estos objetivos. Cuatro compañías, BP & HYCC, Shell, Air Liquide y Tennet, planean producir hidrógeno verde en estas plantas, que tendrán una capacidad total de 850 MW para 2026. Se espera que la alemana Uniper instale otros 500 MW para 2030. Pero las expectativas no se detienen ahí. Se anticipa que la lista de empresas interesadas en el hidrógeno verde seguirá creciendo, y se espera que la capacidad de producción aumente hasta llegar a 2,5 GW.
El uso de hidrógeno verde tiene el potencial de marcar una diferencia significativa en las emisiones de CO2. La reducción de CO2 al usar 1 tonelada de hidrógeno puede variar desde 5 toneladas, para la producción y uso de combustibles sintéticos, hasta 28 toneladas de CO2 para la producción de acero. En términos generales, se estima que 1 tonelada de hidrógeno verde resulta en una reducción de 10 toneladas de CO2.
El informe ‘Carbonomics’ de Goldman Sachs señala que España es uno de los países donde se puede producir el hidrógeno verde más barato, gracias a la energía renovable balanceada de solar y eólica. Según el mismo informe, se necesitarán inversiones acumuladas en infraestructura de 10 billones de euros para 2050 para la transformación energética de Europa, alcanzando el equivalente de más del 2 % del PIB para 2030.
Esta inversión incremental se compensa totalmente con una reducción de 10 billones de euros en las importaciones netas de energía, lo que reduce la tasa neta de dependencia de las importaciones de energía de la región del 58% al 15% para 2050. La financiación eficiente y un entorno regulatorio seguro son clave para cerrar la brecha de tiempo de 10 años entre los dos flujos, asegura la consultora.
Además, la consultora estima que el coste de la energía para el consumidor medio europeo podría reducirse en un 40% en comparación con 2021, y en un 60% desde el máximo registrado en 2022. Esta reducción se debe a la mejora de la eficiencia energética, el menor coste de las nuevas energías, tecnologías renovables más baratas y una mejor conectividad regional.
El informe concluye que la energía renovable será el núcleo del futuro sistema energético de Europa. Sin embargo, factores como la estacionalidad, la industria pesada y el transporte requerirán una economía de hidrógeno verde significativa para complementar el ecosistema. Se espera que el hidrógeno verde llegue a representar el 15% de la combinación energética final de Europa a largo plazo.
Róterdam, con su visión y su enfoque en la economía verde, está en camino de convertirse en el puerto de hidrógeno verde de Europa, llevando la delantera en la carrera hacia un futuro más sostenible.